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Zidane cuenta un chiste en Varsovia que nadie puede oir

Zidane cuenta un chiste en Varsovia que nadie puede oir

Nada más hacerse oficial la alineación del Real Madrid para el partido ante el Legia de Varsovia, que se jugó a puerta cerrada, más de un aficionado puso el grito en el cielo. Sin renunciar a la BBC, Zinedine Zidane quisó dar un capotazo a Álvaro Morata, que lleva un mes a un gran nivel competitivo, y le incrustó en el mediocampo cambiando el dibujo táctico hacia un 4-4-2 que, en realidad, acabó siendo un 4-2-4 con un equipo completamente roto sobre el terreno de juego.

El destino quiso que a los 57 segundos Gareth Bale anotara el gol más rápido de la historia del Real Madrid en la Champions League con un tremendo trallazo a la escuadra, por lo que las cosas se pusieron bastante de cara para los blancos. Con un Legia un poco KO, Bale asistiría en el minuto 20 a Karim Benzema para que el francés estrenara su casillero en la Champions League esta temporada.  La noche pintaba fría pero brillante para el Real Madrid, que se veía acariciando el pase a los octavos de final tras un partido plácido en Varsovia.

Pero tanta relajación le costó al equipo de Zidane, que vio como los polacos se le subían a las barbas y le daban la vuelta al partido en el minuto 83, sin que los blancos pudieran hacer nada para contrarrestar el diluvio.

Zidane aseguró tras el partido que fue un simple problema de enfoque tras el 0-2, además de asumir la total responsibilidad del naufragio, el cual quedó algo mitigado por el tanto del empate anotado por Kovacic, de lejos el mejor del partido. Pero las goteras son mucho más anchas. El Real Madrid no está preparado para aguantar tácticamente durante 90 minutos con los jugadores que tiene a su disposición ahora mismo Zidane, mucho menos si los interiores son Morata y Bale: ambos pueden arrimar el hombro durante un rato, pero tienen alma de delanteros y al final la cadena se rompe justo por el lado más frágil.

La situación acabó siendo esperpéntica, con Zidane sacando a Coentrao para dar entrada a Asensio y jugándosela con el inédito Mariano en los últimos minutos. El Legia ponía en apuros a los blancos en cada contra, pero el técnico francés decidió que buscar la victoria como un kamikaze era lo más apropiado -- a pesar de que todavía quedan dos partidos por jugarse en el grupo.

Al final el gol de Kovacic apagó el incendio, pero no borró el mal sabor de boca. El Real Madrid está dejando una imagen bastante pobre en los últimos meses y lo peor está por venir. En dos semanas el equipo de Zidane se enfrentará al Atlético de Madrid y en un mes al Barcelona, entre medio, llegará el Borussia Dortmund al Bernabéu y habrá que visitar Lisboa para jugar contra el Sporting.

Entonces, no habrá tiemporpara chistes ni pruebas, y si miles de aficionados en las gradas silbando a los blancos, por lo que el equipo deberá responder de manera más seria o tirar la temporada por el retrete.

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