Morata y la maldición merengue con sus exjugadores

El Real Madrid perdió en Turín 2-1 ante la Juventus, pero promete pelea hasta el final en la vuelta para intentar llegar a la final de Berlín. Sin embargo, la historia apunta a un claro protagonista: Álvaro Morata.

El delantero, que debutó en el Real Madrid de la mano de José Mourinho, llegó a la Vecchia Signora este verano por 22 millones de euros, y como viene siendo casi una norma insaltable, el jugador anotó ante los madridistas convirtiéndose en uno más de la larga lista de "bestias negras" que han hecho sufrir al Real Madrid tras dejar el equipo.

En su caso, es además importante, porque el club blanco tiene una opción de recompra por 30 millones, que visto lo visto, haría muy bien en utilizar. Morata marcó el primer gol del encuentro y luego jugó a un gran nivel, y además no celebró su gol por respeto al que ha sido su equipo de toda la vida.

La historia de los exjugadores anotando ante los merengues arrancó con Fernando Morientes, que en un plácido partido de cuartos de final de la Champions 2003/2004 para los blanco, anotó un gol al final del encuentro, para poner el 4-2 en el marcador para el Mónaco, donde estaba jugando cedido esa temporada. Parecía que el Real Madrid no tendría problemas ganando en el Principado y llegando a semifinales, pero el club monegasco acabó ganando 3-1 --con otro gol de Morientes-- y accediendo a semifinales gracias al valor doble de los goles fuera de casa... justamente, el de Morientes en el minuto 83 de la ida acabó siendo clave.

Después pasaría algo parecido en La Liga con Pedro Munitis, que tras un mal año en el Bernabéu volvió al Racing de Santander cedido y marcó el gol de la victoria de su equipo ante los blancos. A partir de ahí, el club de Concha Espina ha puesto siempre claúsulas en los contratos de su jugadores cedidos para que estos no jueguen ante ellos. Sin embargo, una vez que un jugador ha sido traspasado, no hay formar de controlar contra quien juega, y así jugadores como Álvaro Negredo, Soldado o Huntelaar, han logrado maniatar a su exequipo en varias ocasiones.

Pero como el caso de Morientes, que despues de desbancar a su exequipo llegó a la final con el Mónaco, sólo hay uno parecido: el de Arjen Robben. Desahuciado por las lesiones, y visto como un suplente muy caro para Cristiano Ronaldo, el Real Madrid "regaló" a Robben por 25 millones al Bayern Munich en 2009. Tres años después, marcaría de penalti el 2-1 en el Bernabéu que llevaría el partido a la prórroga y consecuentes penalties, con los que los Bávaros accedieron a un final que perderían ante el Chelsea de Di Matteo.

Así las cosas, la historia parece indicar que Morata llegaría a la final... pero la perdería. De momento, el Real Madrid, prefiere pensar seguramente que aun nada está escrito y, eso sí, los directivos andarán ya rumiando como hacer efectiva la claúsula de recompra del delantero canterano.

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