Luka Modric y Gareth Bale sacan el billete para Milán

Luka Modric y Gareth Bale sacan el billete para Milán

Durante tres semanas el Real Madrid tendrá que escuchar que su equipo dejó dudas ante un rival que no demostró absolutamente nada en 180 minutos de fútbol en todas unas semifinales de la Champions League. Poco sueño perderan los blancos por ello.

El Manchester City de Pellegrini llegó al Santiago Bernabéu a no se sabe bien qué, pero lo hizo con todo su arsenal ofensivo. De Bruyne, Agüero, Navas y Touré sabían que cualquier empate con goles en Madrid les plantaba en la final de Milán, pero se fueron sólo con dos tiros a puerta y ningún gol.

Muchos dirán que City no daba para más, yo entiendo que en gran parte no dio para más porque el Real Madrid hizo un gran partido en defensa; maniatando a un mediocampo muy limitado técnicamente pero repleto de fuerza, y dejando sin espacio para respirar a un ataque que es --entre otras cosas-- el máximo goleador de la Premier League.

Si algo ha cambiado Zinedine Zidane en el Real Madrid en los últimos cinco años es el concepto de jugar como equipo. Se vió esto ante el Rayo Vallecano, pero también ante el Villarreal, en la vuelta ante el Wolfsburgo y obviamente en los 180 minutos ante el City. En el Bernabéu, necesitando ganar, el Real Madrid armó un mediocampo con Kroos a los mandos y Modric e Isco como interiores. Los tres funcionaron como un rélj, logrando que no se echara de menos a Casemiro, pero la estrella que sin duda Luka Modric.

Su partido fue para enmarcar. El croata interpreta a la perfección todas las facetas del juego. Es el mejor del equipo cuando toca mandar en el partido, pero luego se esfuerza como nadie cuando hay que recuperar. Fue el autor de las mejores "asistencias", entre comillas porque las jugadas no acabaron en gol, pero los pases del 19 fueron de película. En uno, trazó una diagonal espectacular hacia Marcelo, con el exterior de su pie izquierdo, que se fue al limbo por el mal contacto del brasileño pero que podría haber acabado en gol perfectamente si Marcelo logra habilitar a Cristiano en el segundo palo.

Además, tuvo una de las ocasiones más claras del partido, cuando un pase de Kroos le dejó sólo ante Joe Hart. Justo ahí demostró que no es perfecto: controló a la perfección, sí, pero falló en la ejecución dentro del área pequeña.

Antes, en la primera parte, la otra estrella del equipo en estos últimos meses, había puesto el 1-0 en el marcador. Gareth Bale va directo hacia la disputa del Balón de Oro con Luis Suárez este año, y en un gran desborde por la derecha intentó centrar al corazón del área, con la fortuna de que su disparo chocó en Fernando y se coló por la escuadra de Hart.

Bale, con un Ronaldo renqueante aun de su lesión, fue de nuevo la punta de lanza. Desbordó una y mil veces y se ofreció en el medio para desatascar el juego de los blancos cada vez que pudo. Su nivel de implicación sigue creciendo, a la vez que su efectividad y su nivel técnico en espacios cortos. Pocas veces se equivoca el galés en estos últimos meses y físicamente está pletórico, muy superior a sus rivales.

No dio para más el partido. El Real Madrid tuvo oportunidad de sentenciar y no lo hizo, quizás pecando del miedo a un empate que desencarrilara la eliminatoria. O quizás sabiendo, claramente, que el equipo aguantaría sin problemas y que, en alguna contra, podría hacer el 2-0. Si no ocurrió, fue sin duda cosa de la providencia: James, Lucas, Ronaldo, Kroos e incluso Bale, con un cabezazo al larguero, pudieron dejar la eliminatoria finiquitada antes del pitido final, pero la pelotita no quiso entrar.

El City lo intentó los últimos 20 minutos, aunque sin ritmo y sin malicia, sólo en una ocasión en que Sterling batió a Carvajal pudo sentirse cerca del empate y una hipotética clasificación. En el 81, Agüero intentó un disparo lejano que superó a Navas con apariencia de marcharse alto y, de repente, se envenenó con un gran efecto hacia abajo que hizo enmudecer al Bernabéu.

Después, nada. El Real Madrid acabó el partido en el área del City, más cerca del 2-0 que del 1-1, y pudo así sellar su billete a Milán.

Allí le espera el Atlético Madrid. Un equipo que perdió su partido de vuelta contra el Bayern Múnich en semifinales, asediado contra su portería, y pidiendo la hora. Sin embargo, ese "estilo" es venerado por todos y su resultado visto como un gran logro, obviamente por la entidad del rival. Será sin duda una lucha de estilos, historia y poderes fatuos que promote hacer las delicias del espectador.

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