La peor baja posible

La peor baja posible

Tras el varapalo que supuso el empate ante el Villarreal a mitad de semana llegó una noticia quizás peor para el Real Madrid: Casemiro sufría una fisura osea en el peroné y estará mas de un mes de baja.

Todo vino de su choque con Diop en el partido de Cornellá ante el Espanyol, motivo por el cual tuvo que dejar el campo de juego a los 18 minutos de partidos, y lo que parecía que serían unos días de baja, se ha convertido ahora en un pronóstico mucho más reservado. Se habla de entre uno y dos meses, y Zinedine Zidane se quiere tirar de los pelos ahora por la mala planificación de la plantilla.

La realidad dice que el Real Madrid hizo un esfuerzo por fichar a N'Golo Kanté el verano pasado justamente porque la posición de Casemiro era la única que el club no tenía doblada. Sí, se cuenta con James, Isco y Kovacic como reservas del trio titular, pero ninguno de ellos puede llevar a cabo la función crítica del brasileño. Tras la operación fallida de Kanté, en el club se sopesó apostar por Marcos Llorente, pero al final pensarón que sería mejor que disputará al menos un año continuo en primera para curtirse más, por lo que esa posición crítica del esquema de juego quedó sin plan B. Y ahora todos se lamentan.

Porque Casemiro no podía llegar a imaginarse ni en su mejores sueños que se convertiría en una pieza tan crítica dentro del esquema de Zidane. Fue justo tras perder en el Bernabéu ante el Atlético de Madrid el año pasado, con James Rodríguez deambulando por el campo sin prestar atención a los ataques de Filipe Luis, que el técnico francés dijo en rueda de prensa que tomaba muy buena nota de la actitud de los jugadores y que haría algo al respecto. Lo que hizo fue incrustar a Casemiro en el mediocampo junto a Kroos y Modric en detrimento de los talentosos Isco y James, y el brasileño no le defraudó. Con él en el campo ante Osasuna el equipo arrancó un racha de 16 partidos ganados de manera consecutiva, que se cerró justamente ante el Villarreal, sin Casemiro vestido de corto.

Sus actuaciones, sobre todo en las grandes citas como el día del Camp Nou o en Milán en la final de la Champions League, le convirtieron en esencial para Zidane, además de en uno de los héroes preferidos de la hinchada, y buscarle un sustituto ahora se ha convertido en el mayor problema de Zizou.

Para empezar, parece claro que Toni Kroos ocupará el puesto de Casemiro. Dar unos pasos atrás y cumplir la función de pivote no es algo extraño para el alemán, aunque si es cierto que su mejor fútbol surge cuando juega de interior, dirigiendo al equipo y llegando al área por sorpresa.

La cuestión es cómo realizar todas esas funciones que Casemiro cumple de manera natural y que Kroos, o quien se preste, no podrán llevar a cabo por mucho que ocupen el lugar del brasileño en el campo. Su posicionamiento, su balanceo táctico para cubrir las espaldas de los laterales, su juego por alto para ganar los saques de puerta largos del rival, y su habilidad en el quite son cosas que Kroos no podrá --por mucho que se esfuerce-- llevar a cabo, y Zidane tendrá que colocar el resto de sus piezas de manera que entre todos puedan cubrir la baja del brasileño.

Lo más sensatos sería la inclusión de Kovacic junto a Modric, pues los croatas son los dos jugadores con mayor nivel de sacrificio en nómina, por lo menos más que Isco y James. Aunque también podría optar Zidane por balancear incluso más el equipo, alineando un 4-1-4-1, superpoblando el mediocampo con Kroos en el pivote, y una línea de talentos trabajadores formados por Lucas Vázquez, Modric, Isco y Bale, con Morata en la punta de ataque.

Esta opción premia el esfuerzo sobre el talento. Un equipo capaz de presionar al máximo y de correr hacia atrás manteniendo en todo momento la posición, guardando la magia más dispersa de los James, Ronaldo, Asensio y Benzema en el banquillo para cuando el partido este encarrilado.

Será un mes largo para Zidane, más aun si no da con la tecla a la primera y sale del Insular de Las Palmas con un mal resultado que le haga perder el liderato de La Liga.

Quizás lo más inverosimil de esta situación es pensar que se desencadena por la baja de Casemiro, que a priori no debería ser más que un jugador de reparto en la galaxia de superestrellas blancas. El fútbol siempre es impredecible.

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