Gareth Bale se desactiva
El misterio de Gareth Bale tiene visos de acabar poco más o menos que como el de Kaká en el Real Madrid.
El galés está empecinado en jugar en la mediapunta, el lugar donde también le ve Florentino Pérez y donde Benítez ha hecho la concesión de colocarle durante toda la pretemporada. El resultado: Uno de los que más minutos ha jugado de la plantilla, un par de remates con peligro, una asistencia y ni un sólo gol.
Ante el AC Milan se volvió a demostrar que si la banda derecha era su tumba, el centro del ataque madridista debe ser su purgatorio profesional. Seguramente destaque con Gales desde esa demarcación, pero también se puede deber a que en su selección él es el centro de todo --lo bueno y lo malo-- y por simple matemática (y calidad) algo bueno tiene que salir de esa probatura.
Pero en el Real Madrid las cosas son diferentes. El juego del equipo gravita alrededor de Modric, Kroos y Ronaldo, y Bale es un buen complemento que por meterse en tierra de nadie acaba desactivándose. Su potencia, que está fuera de toda duda, se pierde completamente cuando pisa el circulo central, y con que el equipo suplente ponga a un medio defensivo físico como marca personal es capaz de dejar a Bale en fuera de juego.
Ante el Milan se constató que el galés juega fuera de posición. Perdió multitud de balones, sólo aportó claridad en cesiones facilonas hacia atrás y no supo conectar ni con Modric (su gran amigo) ni con Ronaldo o Benzema.
Un jugador que necesita una pradera por delante para explotar su físico está siendo encerrado en una jaula donde cada pierna rival es un barrote. Además, cuando saltan al campo fantasistas como Isco o James, la diferencia es tan grande que ya nadie puede obviarla.
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