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El Real Madrid puede vivir de la pólvora de su ataque

El Real Madrid puede vivir de la pólvora de su ataque

Con Casemiro y Modric siendo baja por lesión, no jugar con Isco o Kovacic puede ser un suicidio táctico para cualquier entrenador excepto para Zinedine Zidane. El fránces parece decidido a hacer de tripas corazón y cuando el universo se gira contra él, él es capaz de incrementar la carga de trabajo para conquistar una nueva meta.

Sólo así se puede entender su alineación ante el Legia de Varsovia, de nuevo con la BBC arriba, pero con un mediocampo formado por dos extremos naturales y un mediapunta. James volvió al once inicial y se desgastó en una posición que no por no ser su habitat natural le debe superar. Junto a él, Marco Asensio debutó en la Champions League y campó a sus anchas en el mediocampo, incluso convirtiéndose en el primer punto de la salida del balón cuando el Legia presionaba a Toni Kroos.

Con tal dibujo y con la calamitosa aportación táctica de Danilo por la derecha, el Real Madrid hizo aguas en defensa durante la primera parte, pues cada contraataque de los polacos se convertía en una ocasión de gol, pero a la vez, con tanto talento reunido en el césped, era normal que cada oportunidad en la que el Real Madrid tuviera la pelota en posesión se rondara el gol.

Lo que no es tan normal es que el trio de lujo del ataque madridista no fuera el encargado de tirar del carro en esta faceta. Gareth Bale volvió a mostrarse mucho más entonado que Benzema y Ronaldo, y fue capaz de abrir la lata con un gran tanto para el 1-0, pero tiende a desconectarse cuando sus compañeros de ataque no se muestran brillantes. Es como si los tres fueran vasos comunicantes y, o brillan juntos o no brilla ninguno.

Lo mismo parece ocurrirle al trio de ataque suplente. Los jóvenes Lucas Vázquez, Álvaro Morata y Marco Asensio, mucho más versatiles y polivalentes que la BBC, puso patas arriba el encuentro cuando Zidane decidió dar un giro de tuerca más en su banco de pruebas. Sacó a Morata y Lucas por Bale y James, llegando a jugar prácticamente con un 4-2-4, como ya hiciera varios minutos ante Las Palmas, aunque con Morata y Lucas haciendo las veces de interiores en las transiciones defensivas.

Todos ellos lograron marcar ante el Legia. Asensio cerrando así su ciclo feliz de tres goles en sus tres debúts competitivos este año (Super Copa de Europa, Liga y Champions League) y Morata además dejándo varias jugadas para el recuerdo por la banda gracias a su potencia, como en la que acabó brindando el gol a Lucas Vázquez, que sorprendió con una gran volea. Antes, ya había anotado Marcelo tras un rebote en Radoja en la primera parte.

La cuestión es que, hasta que Zidane metió a Kovacic en el terreno de juego a falta de 10 minutos para el final, el Real Madrid jugó con un once que dice mucho de lo que pretende el técnico de cara al futuro. Jugadores jóvenes, comprometidos, capaces de ser grandes estrellas y a la vez esforzarse para cubrir bajas que merman al equipo en lo táctico. Ver a Asensio, con 20 años, manejar los hilos del equipo más cerca de la meta de Keylor que de la contraria, o a Morata siendo un tormento por la izquierda en una (otra) noche aciaga de Cristiano Ronaldo, es un alivio para el técnico, que sabe que tiene madera de sobra para dar batalla esta temporada y las que vengan. Siempre y cuando el equipo mantenga su nivel competitivo, claro está.

Si además es capaz de recuperar a los jugadores que han causado baja en los últimos partidos, tanto física (Ramos, Modric, Casemiro) como anímica (Benzema y Ronaldo), no habrá muchos equipos capaces de frenar a este conjunto merengue.

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