Yahoo Noticias Los Clippers deben ponerse a tono con Steve Ballmer: ¡va con todo!
Desde el escenario, micrófono en mano, el entrenador de Los Angeles Clippers, Doc Rivers, bromea: “Hoy, la cosa no va sobre nosotros. Va sobre este tipo que resulta que tenía dos mil millones de dólares en el bolsillo”.
Entonces las siete mil almas que acudieron al Clippers Fan Festival, en el Staples Center, estallaron en risas, convertidas en ovación cuando al ritmo de “Lose Yourself” (del rapero Eminem) hizo su aparición Steve Ballmer.
Este hombre tiene 58 años de edad y una fortuna estimada por Forbes en 21 mil 300 millones de dólares, cifra que lo ubica como la trigésimo primera persona más rica de Estados Unidos, así que los dos mil millones que le costó ser el nuevo dueño de los Clippers es apenas un pellizco a su capital.
Con su energía, su euforia, contagió a la afición y al entrenador Rivers, por momentos sorprendido de tanta efusividad. A su derecha, sentados, como en aparador, fuera de tono, de cuando en cuando se veía a los jugadores cuchichear mientras hablaba el ex director ejecutivo de Microsoft.
A cada grito del empresario le seguía el murmullo de algún jugador, quizá nerviosos porque Steve prometió mucho, prometió títulos, pero también exigió compromiso a los mismos fans, congregados allí para ver de cerca a ese hombre que nunca pierde oportunidad de hacer derroche de energía. Y sí, lucía embriagado de felicidad, y ¡va con todo!
En febrero, Ballmer dejó de ser el director ejecutivo de Microsoft Corp., y ahora abandona la junta directiva de la firma de software y equipos electrónicos, con efecto inmediato, pues planea consagrar buena parte de su energía a los Clippers.
Y es que este hombre que salta, que grita, que aúlla para hacerse escuchar, cree en la importancia de crear nuevas tradiciones y promete ofrecer una experiencia fan sin precedentes.
Así que Chris Paul, Blake Griffin y los demás jugadores tienen como primera tarea ponerse a tono con este empresario que les está diciendo que ya no más, que los Clippers deben dejar de ser el equipo pobre del baloncesto de la ciudad, que deben dejar de estar a la sombra de los Lakers.
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