Andar liviano

Vivir despojados, con lo indispensable, de eso se trata la iniciativa promovida por Dave Bruno, un californiano que en el 2008 lanzó un desafío a través de su blog guynamedave.com: hacer una lista de los objetos personales indispensables y animarse a regalar el resto. Lo llamó “el desafío de los 100 objetos”.

La iniciativa rápidamente conquistó seguidores y se convirtió casi en un reality de la sociedad norteamericana. Consiguió así revivir tendencias que fueron moda en los´60 y que en la actualidad ya había sido “remixadas” por el movimiento slow y por los partidarios de una vida más natural.

En lo personal, esta tendencia me genera algunas preguntas: ¿es sincero el despojo compulsivo? ¿Conduce a una vida interior más rica? ¿O es una decisión que solo consigue aislarnos del entorno, llevarnos a transitar una realidad paralela?
Eliminar lo superficial, conectarse con lo pequeño. La simplicidad está atravesando todas las disciplinas sociales. Ya hay quienes están replanteando la arquitectura y el espacio urbano, las relaciones laborales, la medicina...

En “Humanismo y conectividad”, Andrés Schuschny, rescata algunos de los valores que acompañan el movimiento de simplicidad voluntaria. Vale la pena echarles una mirada:

- Simplicidad por elección: es elegir nuestro camino a través de la vida en forma consciente y de acuerdo a nuestro propio sentido de simplicidad.

- Simplicidad compasiva: se trata de no querer nada para sí que no sea para todos.

- Simplicidad ecológica: es optar por un tipo de vida que reduzca lo más posible nuestro impacto ecológico.

- Simplicidad artística: es discreta, modesta y orgánicamente estética, contrastando con el exceso y la exuberancia del estilo de vida consumista.

- Simplicidad frugal: vivir con menos también reduce el impacto de nuestro consumo sobre la Tierra y libera recursos para otras personas.

- Simplicidad natural: equilibrar el tiempo que pasamos en un ambiente creado artificialmente, por ratos vividos en contacto directo con la naturaleza.

- Simplicidad ordenada: asumir que la vida es ocupada, estresada y fragmentada, y terminar con las distracciones que nos impiden enfocarnos en lo esencial.

¿De qué cosas te desprenderías para andar más liviano por la vida?