Uno de los nuestros

No podía haber campeón en la Premier sin uno de los nuestros.

Uno de los nuestros

Se trata de José Leonardo Ulloa.

Un argentino nacido en la Patagonia, sin mucho nombre en su país, y que un buen día empacó valijas y se fue a probar suerte al Viejo Continente.

Empezó por España en el modesto Castellón, luego al modesto Almería, de ahí a Inglaterra al modesto Brighton y terminó en el modesto Leicester.

Pero no era el Leicester de ahora, el Leicester campeón, era el Leicester recién ascendido y por el que nadie apostaba un peso. Era el Leicester que estaba en quiebra y que había comprado Vichai Srivaddhanaprabha, un magnate tailandés con un nombre tan enredado como la situación del club.

A ese equipo había ido a parar Ulloa, justo cuando Leicester logró el ascenso, y todo gracias a sus dos buenas campañas con el Brighton. Nigel Pearson, entonces técnico del equipo, vivía enamorado futbolísticamente del patagón. Y se lo llevó por 14,8 millones de dólares, hasta hoy la contratación más cara de la historia del club.

Con siete partidos apenas jugados como titular, no vaya usted a pensar que Ulloa era un simple adorno en el banquillo del equipo de Ranieri. ¡Para nada!

Ha disputado 28 juegos en liga hasta la fecha (939 minutos), y aunque su suma en goles no es cuantiosa, los seis que ha anotado han servido todos para que el Leicester haya sumado puntos. Siempre que Ulloa anotó, el Leicester ganó o empató.

Su primer gol lo hizo en el 3-0 al Newcastle en noviembre de 2015 (su único gol en el primer semestre de la temporada), y luego los goles al Stoke City (3-0 en enero), al Norwich (1-0 en febrero), al West Ham (2-2 hace tres fechas) y doblete al Swansea (4-0 hace dos jornadas).

Pero detengámonos un momento en sus últimos tres goles: el del West Ham y los del Swansea. Porque ahí vamos a entender la importancia de Ulloa en el título de su equipo.

Ante el West Ham, fue el día de la expulsión de Vardy, autor del gol con que los Zorros aventajaban 1-0. Tres minutos más tarde, Ranieri decide sacar a Okazaki para ingresar a Ulloa, entendiendo que con él su equipo no perdía presencia en el área, siendo el japonés un mejor jugador fuera de ella. Casi terminando el partido, West Ham se iba en ventaja 2-1 con dos goles simultáneos a los minutos 84 y 86, que hacían presagiar una derrota crucial del Leicester en su camino al título.

Pero en tiempo de descuento, el árbitro concede un penal en favor del Leicester. Ulloa, sin esquivar la responsabilidad, tomó la pelota, ejecutó e hizo estallar de locura al King Power. 2-2 resultado final, y los Zorros que estaban a segundos de irse con viento en los bolsillos, se fueron con un punto de oro.

Pero a pesar de la euforia por mantener el primer lugar, un manto de duda rondaba en el equipo de cara a los próximos compromisos, al no poder contar con el expulsado Vardy, la insignia del club, su goleador. Su Cristiano Ronaldo.

Ranieri no dudó en darle la confianza de nuevo a Ulloa ante el Swansea, y en 60 minutos ya ganaban 3-0 con dos goles del argentino (terminaría 4-0), un resultado que dejaba al Leicester con la posibilidad de coronarse campeón la próxima fecha, en el legendario Old Trafford, si vencía al Man United.

El resto de la historia ya la conocemos. Empate a un gol en el Teatro de los sueños, con un Ulloa de nuevo como titular e importante en el ataque de su equipo, con seis remates como saldo a favor.

Y el lunes, el empate entre Chelsea y Tottenham, que matemáticamente coronaba al Leicester campeón por primera vez en sus 132 años de historia. Ranieri campeón a dos fechas del final, como cualquier Ferguson, como cualquier Mourinho.

Tan buena fue la productividad de Ulloa con los Zorros, que a pesar de sus pocos partidos como titular, el único que lo supera en promedio goleador es Vardy, que anotó un gol cada 135 minutos. Ulloa lo hizo cada 157.

“Esperemos que las cosas sigan en el mismo camino, veremos hasta dónde podemos llegar“, decía Ulloa a Radio Continental de Argentina en febrero, tras vencer al Norwich con un gol suyo.

Ulloa buscó la gloria recorriendo miles de kilómetros envuelto en ese anonimato que a tantos futbolistas ha dejado desparramados en el camino.

Como un rebuscador de sueños más, salió a probar suerte a otras tierras, pensando en ser arropado por la Diosa Fortuna para no tener que regresar con las manos vacías.

Y en un abrir y cerrar de ojos, terminó siendo parte de una de las historias más heroicas e imborrables que el deporte nos haya dado.

José Leonardo Ulloa es campeón con el Leicester. Es un campeón de la vida.

También te puede interesar:

Ranieri: nunca pensé que pudiera pasar algo así

El mundo del fútbol felicita al Leicester tras ganar la Premier League