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Teo: el talentoso y el odiado

Esa elogiosa tranquilidad con la que define ante los arqueros es la que pierden sus rivales cuando él los provoca. A Teófilo Gutiérrez le sobran argumentos para justificar su chapa de talentoso: es goleador, tiene guapeza y la virtud de aparecer en los momentos más calientes. Lleva añadida a su juego la estirpe y los hábitos del 9 astuto que multa caro los descuidos de los defensores. Pero, con la misma elocuencia, su apellido también es sinónimo de odios y broncas; su conducta dentro del campo de juego, algún comentario de más y una dosis de visible arrogancia lo convierten al mismo tiempo en un tipo controvertido, cuyas acciones trascienden lo estrictamente futbolístico y se discuten desde otra perspectiva.

Diego Milito lo padeció. El colombiano le arrojó la pelota de forma provocadora tras el gol de Gabriel Hauche en el clásico de Avellaneda versión verano. Gabi reaccionó minutos más tardes con un fuerte cruce sobre el delantero que le valió la expulsión.


Con hinchadas rivales también se pelea, claro. Ante River, en Mar del Plata, convirtió el descuento de su equipo y aprovechó para pasarle factura a la popular millonaria. Menos mal que era un partido amistoso...


 

En la Bombonera lo recibieron con silbidos y abucheos. Su equipo fue a La Boca a ganarle a los de Falcioni para acortar distancias en el Clausura. El 0 a 0, aburrido empate carente de emociones dejó una jugada polémica, que generó revuelo durante el resto del torneo. ¿Fue penal de Facundo Roncaglia al colombiano? Teo no dudó y se le fue encima al árbitro Néstor Pitana que juzgó descomedida la manera del reclamo, elocuente acierto del referí, y lo echo. En el trayecto a los vestuarios, naturalmente, el delantero le respondió presumió de corajudo ante la hinchada local.


El arquero de Lanús Agustín Marchesín fue otra de sus víctimas. Tras un gol de Gabriel Hauche Teo se burló del juvenil y provocó la reacción de sus compañeros. Tuvo suerte: los asistentes no lo advirtieron, el árbitro menos, y sólo ligó la tarjeta amarilla.


En la pretemporada de invierno mostró su carácter en un entrenamiento. Mauro Dobler, tercer arquero de la Academia, no se bancó el juego brusco del colombiano, lo increpó tras un cruce y se fueron a las manos. Sus compañeros, por fortuna, reaccionaron a tiempo y abortaron la trifulca.