Otra vida para Pato

Tras un invierno de rumores y especulaciones, finalmente Alexandre Pato es nuevo jugador del Chelsea.

El brasileño llega procedente del Corinthians, club que pagó 15 millones de euros al Milan en 2013, donde el delantero jugó por seis temporadas. En 2014 el Timao lo prestó al Sao Paulo, último club donde militó el jugador hasta su llegada a The Blues.

Tras la sequía goleadora de Diego Costa (8 goles en 19 partidos), y de que el segundo máximo anotador del equipo tenga tres goles (Willian y Oscar), Guus Hiddink sabe de la necesidad de contar con otro delantero goleador que pueda suplir la falta de gol de su principal número 9, más aun cuando sus reemplazos, Falcao y Remy, apenas han anotado dos goles en 19 partidos combinados (uno cada uno). Ni el colombiano ni el francés han demostrado la jerarquía necesaria para vislumbrar alguna esperanza en el hincha azul.

Sin embargo, la apuesta por Pato tampoco garantiza nada. Es verdad que viene de anotar 18 goles en 47 partidos en 2015 en el Brasileirao y el Campeonato Paulista con el Sao Paulo, pero aun así sigue estando ausente en la selección brasileña, que a gritos pide un centro delantero. ¿Si no le sirve a Dunga, por qué ha de servirle a Hiddink?

Más allá de que en el fútbol lo que no dé resultado en un equipo no necesariamente quiere decir que tampoco va a funcionar en otro, causa curiosidad que Dunga lo ignore en su Selección, y que por delante de Pato esté, por ejemplo, Ricardo Oliveira a sus 35 años.

Preguntado en septiembre del año pasado sobre la no convocatoria del ex Milan a la Selección, Dunga fue tajante: “Pato juega por la banda donde ya tenemos a Douglas Costa”. Y luego cuestionó su madurez emocional: “Él se quejó porque no fue llamado, y a partir de ahí no pudo mostrar el mismo nivel”

Tite, el actual DT del Corinthians, vio con buenos ojos la ida de Pato al Chelsea, manifestando que es una buena oportunidad para su ”madurez“ futbolística. Si un jugador que tiene más de 200 partidos como profesional aun necesita madurar, apague y vámonos.

A Pato ya lo hemos visto en Europa. Por un tiempo llegó a considerársele una gran promesa en el Milan, pero más allá de sus primeras dos temporadas nunca pudo afianzarse como titular. Llegó a compartir equipo con Robinho, Seedorf, Boateng e Ibrahimovic, y fue participe del último título del Rossoneri en la 2010-11. Es cierto que las constantes lesiones no le permitieron desarrollarse a pleno en el equipo, pero también es sabido que su nombre empezó a sonar más en las revistas del corazón por su vida nocturna y su relación con la hija del dueño, Barbara Berlusconi, hoy directora administrativa del club, con quien mantuvo una relación por casi tres años. Del Milan salió por la puerta de atrás.

Pato no juega desde noviembre y llega a Stamford Bridge a préstamo con opción de compra hasta el final de la temporada. “Le agradezco al Chelsea por su apoyo y espero poder pagarles la fe depositada por el club y sus hinchas”, fueron las primeras palabras del brasileño tras el anuncio oficial de su traspaso.

Mientras tanto, Hiddink espera ver al Pato de sus primeros años en Italia. ”Quiero ver ese deseo en él“, dijo el DT holandés. ”Si no tuviera ese deseo, no hubiera dado ese paso de llegar a la Liga Premier. Se hubiera quedado en Brasil”.

Y continuó: “Es difícil de decir [el porqué no terminó bien en el Milan]. Necesitas saber las circunstancias para entender por qué no dio el siguiente paso. Por eso es bueno tenerlo aquí. Yo le ayudaré a dar ese siguiente paso, aunque al final todo dependerá de él”.

Por ahora las primeras sesiones de entrenamiento las pasará más lejos de la pelota y más cerca de las máquinas del gimnasio para ponerse en buena forma física, pues ya son dos meses desde su último partido oficial, que fue frente al Figueirense el 29 de noviembre.

¿Dónde lo pondrá a jugar Hiddink: cómo extremo o como centro delantero? En el primero ya tiene a Willian, Oscar y Hazard, jugadores ya probados en la Premier. Y en el segundo, donde más carencias tiene, es precisamente donde menos lo hemos visto jugar en estos últimos años.

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