Niembro, de comentarista estrella a imputado por lavado de dinero

La suerte de Fernando Niembro cambió para siempre en este 2015. De comentarista estrella en las transmisiones deportivas de la televisión argentina a imputado en una causa por lavado de dinero y administración fraudulenta. Un cambio de status que sacudió a la opinión pública del país y golpeó de lleno la disputa política por la presidencia argentina, que culminó con el triunfo de Mauricio Macri.

El caso Niembro encarnaría un modelo de corrupción típico. El candidato de un partido, vinculado a medios de comunicación, recibe millones del Estado, controlado por el partido que lo propone para ser votado en el terreno político. Una empresa de publicidad creada por el comentarista deportivo, La Usina Producciones, le facturó trabajos por 21 millones de pesos argentinos (2, 182 millones de dólares) al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Fernando Niembro denunció "robo de muchas boletas" en La Matanza
Fernando Niembro denunció "robo de muchas boletas" en La Matanza

El alcalde de la capital argentina y reciente presidente electo del país, Mauricio Macri, se vio salpicado por esas denuncias que dejaron a Niembro sin su candidatura política (encabezaba la lista de diputados del frente Cambiemos, que el domingo 22 de noviembre se impuso en las elecciones presidenciales argentinas) y sin su lugar en las cabinas de transmisiones de Fox Sports.

La denuncia penal por lavado de dinero que pesa en su contra fue presentada por Carlos Gonella, titular de la Procaduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac). Por la misma causa también fueron denunciados el vicejefe del Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y otros tres funcionarios de esa alcaldía. Recayó en el juzgado federal número 7, a cargo de Sebastián Casanello, un juez acusado por los medios argentinos opositores por su lentitud en causas que involucran a funcionarios del partido político adversario al que Niembro pertenece. Es decir, el Frente para la Victoria, liderado por la presidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner. Así de intricadas están las cosas en materia política.

Entre los puntos que llevaron a la Justicia a iniciar una causa por administración fraudulenta resaltan tres: 1) la empresa no tiene empleados registrados; 2) sus dos únicos clientes son el Gobierno de Buenos Aires y el Banco Ciudad; 3) Niembro, socio principal de la productora, vendió su parte por la módica cifra de 20 mil pesos argentinos (2000 dólares). La coartada del periodista, “me retiré para dedicarme de lleno a mi candidatura”, tampoco convence. Su socio, Atilio Alberto Meza, quien continuó con el negocio, también era candidato de Cambiemos.

Niembro, a secas. El grado de celebridad del comentarista prescinde de su nombre de pila.

Comentarista estrella de las transmisiones deportivas argentinas, su cara y su nombre son también reconocidos en el extranjero. El mítico programa La última palabra, en el que Niembro hizo gala de su talento para la entrevista, y la Copa Libertadores, le aseguraron fama en el extranjero.

Es probable que en países como Perú, Colombia y Chile su apellido genere una aceptación mucho mayor que entre los televidentes argentinos. Porque Niembro es rechazado por un gran porcentaje del público futbolero local. Su simpatía encarnizada por el resultadismo, un análisis guiado exclusivamente por el éxito ocasional, se suma a su afición por los saludos al aire a políticos y empresarios.

No hay transmisión en la que no se acuerde de alguno de sus amigotes. Si no es para agradecer por una cena en una parrilla argentina en Miami o Nueva York, es para destacar la labor del gobernador de ese distrito donde se juega el partido que Niembro está comentando.

A pesar de que con Macri lo une una larga amistad, recién un año antes de las elecciones presidenciales oficializó su adhesión al PRO, partido político fundado por el ex presidente de Boca. Esta no fue sin embargo su primera participación en la política. Ocupó el cargo de Secretario de Prensa y Difusión durante la primera  presidencia de Carlos Saúl Mémen. En diciembre de 1990, leyó ante la prensa el indulto a los militares de la última dictadura que accionó el gobierno menemista. Su desembarco en la arena política demuestra que los resplandores de la farándula suelen pesar más que la experiencia militante y los años de gestión.

Su apellido carga con una historia ligada al sindicalismo argentino. Su padre, Paulino Niembro, fue un destacado dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), hombre de la primera línea de peronismo, padrino político del famoso sindicalista asesinado en junio de 1969 Augusto Timoteo Vandor. Fernando heredó de su padre el amor por los colores de Nueva Chicago y también su interés por el poder político. Su presencia en el bando macrista fue un motivo recurrente de críticas contra el ahora presidente electo por parte de militantes y seguidores del Frente para la Victoria, partido adversario. Un video que el propio periodista filmó cuando, en agosto de este año, fiscalizó las elecciones primarias en el partido de La Matanza, lo enemistó aún más con quienes apoyaban al oficialismo. En el video, Niembro denuncia el robo de boletas del partido al que pertenecía.

En su última aparición pública contó su deseo de volver a las transmisiones deportivas. “No hice nada malo, recibí una licitación que no merecía y punto”. En una entrevista con el periodista Alejandro Fantino el periodista asegura que “esto es parte de una campaña sucia”.

 

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