La nueva sensación del West Ham

Y no es para menos, luego de su actuación el pasado sábado frente al Everton, donde consiguió su tercer gol con la camiseta de los Hammers.

Tres goles en 10 partidos para un jugador que no fue llevado como esperanza de gol, es un buen registro en un equipo como el West Ham que de por sí ya anota bastantes goles, que marcha en la parte alta de la tabla, y que con 23 tantos es el tercero más goleador de la Premier.

“Nunca he visto un jugador que me recuerde tanto a Luka Modric como Manuel Lanzini”, fueron las palabras del técnico del equipo, el croata Slaven Bilic, tras el gran partido del argentino, con golazo incluido.

Salido de la cantera de River Plate, Lanzini debutó a los 17 años en Primera, donde era conocido por sus compañeros con el sobrenombre de “Ojón” por sus prominentes ojos. En su barrio lo conocían como Valderrama (el Pibe) por sus rulos en el cabello.

Hincha de River toda su vida, hay una historia muy particular que resultaría definitiva en su carrera deportiva. Cuando ya deslumbraba en su niñez por su gran capacidad de juego, Ramon Maddoni, un cazatalentos de Boca Juniors que descubrió a portentos como Juan Román Riquelme y Carlos Tevez, entre otros, lo quiso llevar a jugar a Boca Juniors, pero Lanzini, con una tajante respuesta, pulverizó la intención: “Ni loco me pongo la camiseta de River”.

Ya como profesional, Lanzini, visitiendo la número 10 del equipo de sus sueños (misma que también lucieron leyendas del fútbol como Ángel Labruna, Ariel Ortega y Pablo Aimar), llegó a su momento cúspide con los Millonarios en el torneo final de 2014 coronándose campeón por primera y única vez en Argentina.

Ese título y su buen desempeño hicieron que el Al-Jazira de Emiratos Arabes se interesa en él, comprando sus derechos deportivos por una cifra baja de 6 millones de dólares, pero con un sueldo anual cercano a los 12 millones.  Antes ya había pasado fugazmente por Fluminense, donde el presidente del club lo llamaba el “Neymar argentino”. Por eso, esto de levantar de sus sillas a los aficionados no es nada nuevo para Lanzini, quien a pesar de su talento, llegó a ser discutido en River por su intermitencia.

Lanzini llego a los Hammers en julio, a préstamo del Al-Jazira, en medio de la incognita y la incertidumbre. Su primer partido lo jugó en casa ante el Leicester City, donde ingresó de cambio por el sengalés Cheikhou Kouyaté. Ese día pedieron, pero luego vinieron las victorias ante Liverpool, Manchester City y Chelsea. Ya en la primera fecha habían vencido al Arsenal. Desde entonces, Lanzini se ha ganado un sitio en el primer equipo del West Ham.

Ahora, con esta opotunidad de lujo que tiene en Inglaterra y en una liga tan seguida como es la Premier, Lanzini tiene todo servido para seguir destacándose en un equipo que por historia ha carecido de jugadores de su condición: buen transporte de pelota, pausa, agilidad en el regate y remate a gol. Todo dependerá de si es capaz de espantar esos fantasmas del pasado que lo encasillan entre esos jugadores que hoy hacen genialidades maradonianas, pero que desaparecen en las jornadas siguientes.

Lanzini, entretanto, seguirá contando con el apoyo de su técnico, quien no duda en decir que el argentino “hace jugar mejor a sus compañeros”, aunque también reconoce que no esperaba que resultara tan bueno así de buenas a primeras.

West Ham tiene la opción de compra del jugador al final de la temporada. Y mientras Lanzini siga saliendo ovacionado como en el ultimo partido ante el Everton cuando fue sustituido, el presidente del equipo no tendrá más opción que levantar el teléfono y llamar a Abu Dabi para convencer a los directivos del Al-Jazira de que Upton Park es la casa ideal para el escurridizo mediocampista argentino.

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