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La furia de Martínez

La furia de Martínez

Furioso terminó Roberto Martínez tras el encuentro ante el Chelsea que acabó igualado 3-3. Su equipo, el Everton, le ganaba al de Guus Hiddink 3-2 con gol del argentino Ramiro Funes Mori al minuto 90, cuando el juez central decidió agregar siete más de descuento, y al 98 apareció John Terry, en claro fuera de lugar, para darle el empate a The Blues.

Injusticia total. No tanto por el desarrollo del juego, sino por los dos errores claros del encargado de impartir justicia: el tiempo había expirado y el fuera de lugar fue evidente.

Dice Martínez que el cuarto árbitro y el principal habían acordado, a través del intercomunicador, que el tiempo había terminado antes del gol de Terry.

“No creo que a esto se le pueda llamar controversial”, dijo un iracundo Martínez. “Fue una increíble injusticia, un increíble error…No se puede justificar y no se puede entender como el árbitro permitió que se jugarán más de siete minutos y 50 segundos hasta que llegó el empate”.

Si seguimos hablando de injusticia, no podemos dejar de mencionar que precisamente hoy el DT español dirigía su partido número 250 en la Liga Premier, convirtiéndose en el vigésimo primer entrenador en alcanzar esta marca.

Martínez llegó a Inglaterra a dirigir al Swansea en 2007, equipo que se encontraba en la League One (Tercera División), logrando el ascenso a la Championship (Segunda División) en tan solo una temporada, donde el equipo gales no jugaba hace 24 años. Luego en 2009 pasó a otro modesto equipo, el Wigan, logrando ganar la FA Cup tras vencer al poderoso Manchester City en la final. En 2013 el que llegó tocando a la puerta del nacido en Balaguer no fue más un chico, tampoco un grande, pero si uno que le iba a dar más comodidades y quizás una oportunidad de jugar en competición Europa: el Everton.

Tanto le ha costado a Martínez llegar hasta donde ha llegado en su carrera como técnico, en un país donde arrivó como un desconocido, que lo ocurrido en Stamford Bridge ha sido un trago difícil de pasar.

“Nos han roto el corazón, porque merecimos los tres puntos. El árbitro no estuvo a la altura y eso es muy, muy frustrante. Nos ha costado dos puntos”, continuó Martínez.

Cuando le preguntaron cómo se sentía, la respuesta fue muy obvia: “Rabia, pura rabia. No hay explicación. Es un gran, gran error”.

Seguramente lo que más le duele a Martínez, más allá del haber logrado vencer al Chelsea por primera vez en su carrera en siete visitas a Stamford Bridge, es haber perdido la oportunidad de acercarse a los puestos de arriba y pelear más de cerca un cupo a competición europea.

El Everton ya había vencido al Chelsea en la primera vuelta del torneo por 3-1, cuando aun era dirigido por José Mourinho. De los grandes de Inglaterra, es al único equipo al que le ha podido ganar esta temporada tras derrotas ante Man City, Man United, Arsenal y un empate ante el Liverpool.

The Toffees no han tenido la mejor temporada y se mantienen en la parte media de la tabla, con seis partidos ganados, 11 empatados y cinco perdidos. Con 32 goles en contra, es el séptimo equipo al que más le anotan, algo de lo que Martínez es consciente y trabaja día a día.



“Defensivamente hemos concedido muchos goles, que nos ha costado resultados”, había dicho el DT español justo antes de enfrentar al Chelsea.

Y es verdad que en Stamford Bridge el árbitro perjudicó al Everton. Pero también es verdad que hasta el minuto 64 el equipo ganaba 2-0 y un poco más de media hora después se iba a casa con un punto, por culpa del árbitro, y de su defensa.

Martínez debe dar vuelta a la hoja y dejar a sus directivos hacer los reclamos pertinentes. Él, por lo pronto, a recomponer el boquete de atrás.

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