La culpa siempre es de las raquetas...

Grigor Dimitrov no sólo perdió la final del torneo ATP de Estambul. Además perdió los estribos y posiblemente varios fans. El número 28 del mundo dispuso de un punto de partido y una ventaja de 5-2 en el segundo parcial ante Diego Schwartzman, pero se descontroló, rompió tres raquetas y terminó desquiciado. De este modo terminaría el encuentro que le daría al argentino su primer festejo.

La actitud de Dimitrov fue egoísta y lamentable. La penalización significó el final anticipado de la final del torneo ATP 250 de la capital de Turquía. "He decepcionado a mi familia, a mi equipo y a mis fans. Pido perdón", dijo el búlgaro, que también hizo su descargo en Twitter.

Las bromas no tardarían en llegar, porque el ex novio de Sharapova subió hace un tiempo una foto en la red social Instagram, en la que abrazaba "la paz interior"...

Dimitrov y su paz interior.
Dimitrov y su paz interior.

 

La actitud de Dimitrov trae el recuerdo de otros tantos tenistas que han perdido los estribos. El chipriota Marcos Baghdatis dio una de las notas -negativas- en el Abierto de Australia 2012. Lo concreto es que caía ante el suizo Stan Wawrinka y fue destrozando una a una cada raqueta en uno de los descansos: en total fueron cuatro.

En el US Open 2015 la local Coco Vandeweghe no pudo contenerse tras ser derrotada en el primer set y reaccionó con furia. Como el público empezó a abuchearla por su comportamiento, Vandeweghe no se quedó con eso y golpeó a la pobre raqueta una vez más.

El propio Roger Federer, un señor dentro y fuera de las pistas, de joven tuvo que aprender a controlar su ira. A Rafael Nadal jamás se lo vio destrozar una raqueta adentro de un court, a pesar de que Gastón Gaudio asegura que lo vio romper las siete raquetas con las que contaba el de Manacor en la derrota ante el argentino en el ATP de Buenos Aires, en 2005.

Quien nunca podrá decir que jamás le hizo daño a una raqueta es el actual número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic...

Pero lo de número uno no abarca sólo a Djokovic, porque la mejor en el ranking femenino, Serena Williams, también tuvo su ataque de furia. Para ella, la bronca fue en un partido en el que fue derrotada en el Abierto de Australia 2013 ante Sloane Stephens.

Fabio Fognini es otro tenista temperamental. En un encuentro de Hamburgo 2014 contra el serbio Filip Krajinovic, el italiano se volvió loco y se descargó rompiendo su raqueta de una patada. Una acción más propia del karate que del tenis...

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