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Julen Lopetegui o tropezar tres veces con la misma piedra

Julen Lopetegui o tropezar tres veces con la misma piedra

Julen Lopetegui es el nuevo seleccionador español. Elegido por Ángel María Villar y bendecido por Vicente Del Bosque, que desde que llegó a la Federación aseguró que quería armar una estructura de promoción dentro de la casa que durará en el tiempo, Loptegui es la prueba clara que esa estructura está  funcionando incluso para elegir al nuevo seleccionador.

Del vasco se valora que entrenó a la Sub-21, ganando dos títulos de Europa (uno con la Sub-19), justamente con los jugadores que están llamados a ser la referencia de la absoluta, pero también su gusto por el fútbol de toque y posesión que ha caracterizado a España desde 2004. Lopetegui es uno de los considerados "pupilos de Cruyff" (como Guardiola, Koeman, Laudrup, Eusebio y Ferrer, entre otros) aunque el exportero sólo disputó dos campeonatos bajo la tutela del mítico entrenador holandés.

Su currículum como entrenador al máximo nivel, sin embargo, es bastante pobre. Entrenó al Rayo Vallecano en segunda división B, después al Real Madrid Castilla en la misma categoría y tras cuatro años en la Federación se marchó al FC Porto. En dos temporadas no pudo levantar un sólo trofeo, a pesar de contar con una plantilla con jugadores como Danilo, Alex Sandro, Casemiro o Jackson Martínez.

En su primer año con Do Dragao, su equipo se mantuvo en lo alto de la tabla la mayoría del año, pero al final el Benfica logró arrebatarle el título. La misma historia se repetiría en la Copa de Portugal, y en la Champions fue el gran héroe durante una semana tras ganar al Bayern de Munich en Porto 3-1, para caer despues 6-1 en el Allianz Arena. Su segunda temporada, habiendo vendido a la mayoría de sus grandes estrellas, el vasco sólo duró seis meses en el banquillo.

Por lo tanto, Lopetegui,a sus 49 años, no se ha destacado ni en su carrera como jugador ni después como entrenador. En sus años de portero ganó dos ligas como suplente (en Real Madrid y Barcelona), además de una Copa del Rey y una Recopa europea, ambas también vistas desde el banquillo blaugrana.

Obviamente, el pedigrí de Lopetegui no parece el más adecuado para manejar a un grupo que ha ganado dos Eurocopas y un Mundial, pero es que además entrenadores con su perfil ya han dejado mucho que desear en el pasado. Las cartas no parecen favorecele en esta ocasión.

Jose Antonio Camacho llegó a la selección a la misma edad que Lopetegui y con un currículo bastante pauperrimo como entrenador. Dos ascensos con el Rayo Vallecano y el Espanyol, mitigados por el descenso con el Sevilla en 1997, y 22 días al frente del Real Madrid en 1998 antes de romper unilateralmente su contrato. Su paso por la selección fue un golpe de aire fresco tras los años de Clemente al frente de La Roja, pues Camacho era un hombre carismático, que se ganó la simpatía de la gente y que personificaba (sobre todo por el recuerdo de sus años como jugador del Real Madrid) la garra y la furia de la cual España había hecho su bandera durante más de medio siglo. Sin embargo, con una gran generación de jugadores a su servicio, el de Cieza no fue capaz de pasar de cuartos de final ni en la Euro 2000 ni en el Mundial 2002, por lo que poco poso quedó de su paso por la Federación.

A Camacho le sucedió Iñaki Saéz, otro entrenador con varias caracteríticas parecidas a Lopetegui. Saéz fue la opción del consenso en 2002, pues había ganado todo en las categorías inferiores, incluido el Mundial Sub-20 de 1999 en Nigeria con Xavi, Casillas y Marchena, y concocía la casa a la perfección.

Pero Saéz nunca logró quitarse la etiqueta de interinidad con la que agarró las riendas del equipo, un poco la misma sensación que embarga a todos ahora con Lopetegui, y sus dos años al frente del equipo fueron para olvidar. En la Euro 2004, con un ataque formado por Raúl, Albert Luque, Valerón y Morientes en su plenitud, además de unos imberbes Joaquín, Vicente y Fernando Torres, Saéz y España no lograron salir de un grupo en el que pelearon con los dos eventuales finalistas, Grecia y Portugal. La decepción fue tremenda, pues muchos vieron en esa Euro, 40 años después del único título hasta el momento de La Roja, la opción perfecta para reverdecer laureles, pero nada más lejos de la realidad.

En ambas ocasiones, los candidatos al título no tenían las credenciales necesarias para el puesto, y el resultado fue desastroso para la selección. Al final, los títulos llegaron de nuevo a La Roja, pero de la mano de entrenadores curtidos, con currículums extensos, que habían ganado multitud de títulos y probado su buenhacer en varios clubes, y sobretodo, dos hombres con un marcado caracter para llevar equipos repletos de figuras.

Las peleas de Luis Aragonés con Romario o Eto'o, sus títulos con Barcelona y Atlétio Madrid, o la cintura de Del Bosque a la hora de lidiar con un nuevo galáctico cada verano en el Real Madrid y lograr acabar colocándolos a todos y hacerles rendir al máximo --además de sus dos Champions Leagues y dos ligas--,  eran cartas de presentación más que fiables a la hora de llegar a la Selección Española.

Aunque bien es cierto que no hay hoy en día entrenadores con todos los atributos que ecumbraron a Aragonés o Del Bosque antes de llegar a la Selección, sí los hay con la suficiente experiencia (Rafa Benítez, Unai Emery, Gregorio Manzano), o al menos con títulos en sus mochilas (Michel, Valverde, Juande Ramos) como para imponerse ante un grupo de jugadores que lo han ganado todo y que han demostrado muy poca implicación en los últimos cuatro años.

Opciones había, pero Ángel María Villar, más preocupado por preparar su candidatura a la presidencia de la UEFA, dejó pasar el tiempo y la mayoría de las opciones viables ya han cerrado contratos con clubes españoles. De ahí que, al final, Lopetegui haya sido el elegido, a pesar de que hace dos semanas no entraba ni siquiera en las quinielas.

España necesitaba una inyección de adrenalina directa al corazón, y con Julen Lopetegui puede haber recibido una dosis letal de morfina.

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