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Final de la Champions League: Un duelo de entrenadores

Final de la Champions League: Un duelo de entrenadores

Diego Simeone y Zinedine Zidane no podían haber sido jugadores con estilos más dispares sobre el terreno de juego. Uno era todo esfuerzo, sudor, lucha y garra, el otro calidad, belleza, magia y destreza.

Simeone vivió en una época equivocada en su selección nacional. De haber nacido diez años antes, el argentino hubiera caido como anillo al dedo en la Argenina de Bilardo que levantó la Copa Mundial en 1986. Sin embargo, chocó de frente con el estilo que los Basile, Passarella (quizás con este en menos medida) y Bielsa buscarón implatar en la albiceleste, y aunque fue un jugador clave durante los 90 en su selección, esa falta de definición del estilo ayudó a que una de las generaciones más talentosas de Argentina (Ortega, Basualdo, Aimar, Crespo, Sorin, Gallardo, etc.) se retirara sin un título que llevarse a la boca.

Quizás por eso el argentino decidió, una vez convertido en entrenador, no comprometer jamás el estilo. Su forma de entender el fútbol es la forma en la que entiende el fútbol el Atlético de Madrid, quizás el conjunto de la historia que más fielmente ha sabido interpretar el carácter de su entrenador después del Milán de Sacchi y el Barça de Guardiola.

El Atlético de Madrid se ha convertido en un grande entre los grandes en los últimos cinco años, de la mano del Cholo Simeone, sin contar con los medios con los que cuentan los grandes de Europa. Aunque si es cierto que el conjunto colchonero lleva unos años podiendo hacer grandes inversiones, su presupuesto aun no se asemeja al de los gigantes del continente, y sin embargo y el equipo está por disputar su segunda final de la Champions League en tres años y lleva un lustro ganando títulos e incomodando a la élite.

Sin duda Simeone es el gran artífice de ese repunte del equipo, y en Milán, ante su gran enemigo, tendrá la oportunidad de refrendar una trayectoria que ha sorprendido a propios y a extraños puesto que el entrenador llegó a un equipo en horas bajas y ha conseguido darle la vuelta a la tortilla de la forma más eficiente posible.

Zidane por su parte no puede quejarse de haber tenido un mejor aterrizaje como entrenador. Tras casi dos décadas deleitando a todo el planeta con su juego preciosista, y habiendo ganado todos los trofeos posibles, el francés siguió ligado al club que se convirtió en su casa: el Real Madrid.

Tras la retirada, el antiguo número 5 merengue fue asesor del presidente, nexo entre la plantilla y la directiva, segundo entrenador, entrenador del filial y, eventualmente, llegó a ponerse a los mandos de la nave principal merengue.

Tras la destitución de Rafa Benítez en diciembre pasado, Zinedine Zidane fue confirmado como entrenador del primer equipo blanco para regocijo de muchos y crítica de otros cuantos. Su falta de experiencia, decían, podría llevar al técnico al fracaso en su primera aventura al frente de un equipo de primera, y más siendo el vestuario del Real Madrid un hervidero de egos.

Pero Zidane se ha consagrado en su primera mitad de temporada. Ha sido capaz de reconducir una situación complicada y convencer a una plantilla malhumorada y sin motivación de que tenía la suficiente calidad para hacer algo grande este año.

Tras ganar 12 partidos seguidos para cerrar la Liga, el Real Madrid recortó increíblemente la ventaja al FC Barcelona y se quedó a un punto de llevarse el torneo. A la vez, los blancos consiguieron clasificar para la final de la Champions League, hacienda un juego vistoso (muy del estilo del Zidane jugador), pero a la vez esforzado y tácticamente muy trabajado.

Zidane se ha cansado de repetirlo en las últimas dos semanas: El Atlético de Madrid no ganará a su equipo en intensidad, algo por lo que los colchoneros son reconocidos en el mundo entero.

Y es que estos dos equipos, que se conocen tan bien, y que están creados a imagen y semejanza de sus entrenadores, no podrán sorprender mucho el uno al otro, y por eso el nivel de intensidad, el que entre más metido al partido y el que sepa aguantar el tipo mejor durante los 90 minutos, sera a ciencia cierta el que salga ganador de la batalla.

Sobre el papel, con esa idea en la cabeza, Simeone y sus hombres tienen ventaja, pero Zidane y los suyos no cederán facilmente en su intent de levanter la Undécima. El cara a cara entre los entrenadores promete ser muy especial.

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