El derbi por Neymar

La renovación de Neymar con el Barcelona ha resultado ser un novelón mediático, más cuando dos grandes del concierto mundial como Man United y Man City han levantado la mano para preguntar por el jugador.

El derbi por Neymar

Primero fueron los Diablos Rojos, que según el propio padre del delantero, Neymar Sr, ofrecieron pagar 200 millones de dólares por el delantero de 24 años para que traslade sus gambetas y filigranas del Camp Nou a Old Trafford.

Ahora el que aparece en escena es el City, el multimillonario equipo del jeque emiratí Mansour bin Zayed, y la nueva casa de Pep Guardiola, quien, según medios ingleses, le ha pedido la contratación de Neymar y Sergio Busquets.

Se rumora que por ambos jugadores el City estaría dispuesto a pagar 150 millones de libras esterlinas, es decir casi 194 millones de euros. El contrato de Neymar expira en 2018 y el de Busquets en 2019, pero por lo visto el equipo inglés no tendría reparos en pagar las cláusulas de rescisión. Si esto llegase a ocurrir, el club deberá salir de jugadores para cumplir con el Financial Fair Play, y entre los candidatos a irse estarían Yaya Touré, Jesús Navas y Wilfried Bony.

No hay que ser un erudito para visualizar que la llegada de Guardiola al City implicará contrataciones estruendosas. Cuando el millonario jeque puso sus ojos en el de Santpedor, lo hizo con la intención de llevar a su club a un siguiente nivel y con la convicción de que el nuevo DT le llegará tocando los bolsillos. Guardiola entiende que para ejecutar su fútbol fastuoso, prescinde de los intérpretes adecuados. Y adecuados son Neymar y Busquets, sobra decirlo.

Lo mismo se puede decir del United. Un equipo acostumbrado a ganar en demasía en las últimas décadas, y que ha visto como en años recientes el protagonismo se lo ha ganado su archirrival de patio. Han decaído tanto los Diablos Rojos, que ahora le cuesta un Everest llegar siquiera a Champions. Hoy en día no tiene figuras rutilantes y su niño mimado, Wayne Rooney, parece ya haber dado todo lo que podía dar en el club.

El traer a un jugador del primer orden como Neymar, podría significar un nuevo cimiento, una piedra angular sobre el que empezar a edificar el nuevo United post Ferguson. Algo parecido a lo que hicieron cuando ficharon a un tal Cristiano Ronaldo del Sporting de Lisboa en 2003.

Neymar ha manifestado estar a gusto en el Barcelona, y eso se palpa en la cancha, donde se le ve muy feliz de compartir ese aniquilador tridente con Luis Suárez y Lionel Messi.

“Estoy muy orgulloso de formar parte de este tridente MSN que está haciendo historia en el fútbol. No queremos parar, queremos seguir haciendo historia“, dijo el jugador en una entrevista exclusiva para el portal de Red Bull el pasado 28 de enero.

Sin embargo, a diferencia de Messi, por ejemplo, a Neymar no le corre sangre culé por sus venas, pues sus lazos con el club catalán no van más allá de estar pasando un momento futbolístico extraordinario y de caminar día a día por una imaginable alfombra roja.

Algo muy parecido a lo de Ronaldinho en su momento. Mientras fue figura y convivió con la ovación constante, fue feliz en Barcelona. Cuando la noche pudo más que sus deseos profesionales, se fue por la puerta de atrás. Fue un producto terminado que llegó al club a entregarle los mejores años de su vida futbolística, como en su momento lo hicieron también Romario, Rivaldo y Ronaldo. Lo mismo que hoy Neymar.

Sin embargo, al menor tropiezo, el hincha catalán de gradería no le perdonará un bajo rendimiento. Se las perdona a Busquets, a Iniesta y a Messi, como se las perdonó a Xavi, porque los consideran del barrio, porque los vieron crecer y los consideran tan hijos como a sus hijos. Pero Neymar no es de la casa. Por ahora es solo un pasajero. Su sangre no es culé.

Y es ahí donde Guardiola y el City, y quizás Mourinho y el United, pueden entrar a jugar con la mente de un chico de 24 años que en apenas dos temporadas y media ha tenido que gambetear tanto rivales como a la justicia española. Mente en cancha y en los tribunales, algo que puede afectar la tranquilidad del jugador. Eso, y que su padre, quien también es su representante, hasta ahora no ha hecho nada por borrar la imagen de pesetero (para usar un término bien español) que le acompaña y acrecienta en cada salida en público

Le preguntaron a Neymar que si hay algún entrenador con el que le gustaría trabajar en un futuro y la respuesta, tajante, puso a temblar las oficinas en la Aristides Maillol. ”Sí, hay uno: Pep Guardiola“. Y justo días después la prensa inglesa ventiló la noticia del interés del uno por el otro.

“A que te cazo ratón“, se podría considerar el lema de batalla en esta mini pugna que apenas comienza entre Neymar, Barcelona y los dos Manchester.

Un derbi que se empieza a jugar en los bancos.

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