El renacer de América de Cali

Am&eacute;rica de Cali (descenso en 2011)<br /><br />(Foto: <a title=Twitter href=https://twitter.com/lafmmedellin target=_blank>Twitter</a>)
América de Cali (descenso en 2011)

(Foto: Twitter)

Era 17 de diciembre de 2011 y el penal ejecutado por Carlos Chávez, arquero del Patriotas F.C., fue con potencia, arriba, a la mano derecha de su similar Diego Restrepo, del América de Cali. El inalcanzable cobro condenaba a “Los Rojos” del Valle al infierno de la B, después de 84 años vistiéndose de gloria, en los diferentes campeonatos nacionales e internacionales que participó.

El descenso fue algo doloroso, no solo para la masiva afición del América en todo el país, sino para el pueblo futbolero colombiano. Ver a uno de los equipos más importantes del balompié cafetero bajar de categoría y reducido a una mínima parte de su historia, fue un impacto fuerte, cruel y no menos doloroso.

En su casa en Cali, el hoy presidente escarlata Oreste Sangiovanni vio el partido en completa soledad. Tenía 19 años sin tener nada que ver con el equipo de sus amores, donde incluso, llegó a ser presidente en 1992 reemplazando a Juan José Bellini para que este aceptara el cargo como máximo dirigente de la División Mayor del Fútbol Colombiano. Ese año, el primero y único de Sangiovanni como líder de los “Diablos Rojos” en los 90, fue finalizado con un América campeón y una inmortal nómina dirigida por Francisco Maturana y con jugadores como Freddy Rincón, Anthony de Ávila, Néstor Fabbri, Álex Escobar, entre otros. Pero diferencias irreconciliables con otros accionistas del club gracias a la ya tradicional inversión del narcotráfico en el equipo caleño, hicieron que después de su primer año se retirara del equipo del que se enamoró desde muy niño.

Habían pasado casi dos décadas desde entonces, y el América de Cali, el ampuloso América, había sufrido las severas consecuencias de vivir una época dorada financiada por parte importante del Cartel de Cali. El narcotráfico, ese recurrente flagelo que ataca a tantos países del mundo, que compra conciencias, que crea ciudadanos súper poderosos, que infla egos e infiltra las esferas más profundas del poder y de la sociedad, había hecho lo suyo con uno de los equipos más queridos de Colombia.

Ese día, ese 17 de diciembre de 2011, no fue el penal convertido por Chávez el que descendió al América, fue el excéntrico y oscuro pasado que comenzó cuando los directivos en los años 70 recibieron pequeñas colaboraciones de un grupo de empresarios tolimenses radicados desde hacía mucho en el Valle del Cauca. Dichos empresarios, fueron aumentando sus aportes hasta convertirlos en millonarias inversiones, que trajeron opulencia, reconocimiento y títulos, para luego, sufrir el final tan repetitivo en el mundo del narcotráfico: ruina, tristeza y desolación. Dichos aportantes tenían nombre propio: Gilberto y Miguel Ángel Rodríguez Orejuela, hoy convictos en prisiones en los Estados Unidos.

NACE “LA MECHITA”

América de Cali fue fundado el 13 de febrero de 1927, convirtiéndose en uno de los equipos con más historia del fútbol profesional colombiano. “La Mechita”, como cariñosamente es conocido, fue uno de los 10 equipos que participó en el primer campeonato nacional en 1948 y a pesar de haber vivido diferentes tipos de crisis, siempre ha logrado sobrevivir en el profesionalismo.

Considerado durante sus primeros 30 años como un grande sin corona, América realizaba irregulares campañas a pesar que normalmente su nómina la conformaban jugadores y técnicos de reconocida experiencia y virtudes. Sería hasta el año 1979, 31 después de haberse conformado el primer campeonato organizado por la División Mayor del Fútbol Colombiano, que América consiguiera su primer título. De la mano del mítico Gabriel Ochoa Uribe en la dirección técnica, fue a partir de ese momento cuando comenzó a escribirse la gloriosa historia del cuadro escarlata de la ciudad de Cali.

Considerado el entrenador más importante en la historia del Torneo Colombiano, Ochoa Uribe había ganado como técnico 6 títulos y como jugador otros 5. Médico deportólogo de profesión, fue llevado al equipo caleño por José “Pepino” Sangiovanni, padre del hoy presidente del Club. Dirigió durante 12 años seguidos el América, en los que consiguió 7 campeonatos nacionales, 5 de ellos seguidos, 3 subcampeonatos de Copa Libertadores de América en los años 1985, 1986 y 1987.

Sin lugar a dudas esa fue la época dorada del América. Sus nóminas estaban conformadas por jugadores de altísimo nivel suramericano como los paraguayos Juan Manuel Battaglia, Roberto Cabañas y Gerardo González Aquino, los argentinos Ricardo Gareca, Julio Cesar Falcioni, Jorge Ramón Cáceres, los peruanos César Cueto y Guillermo La Rosa entre muchos otros extranjeros que complementaban una brillante generación colombiana liderada por Anthony de Ávila, Hernán Darío Herrera, Álex Escobar, Freddy Rincón, Wilson Pérez, Pedro Sarmiento, Willington Ortiz y tantas otras estrellas colombianas.

Esta exitosa revolución deportiva liderada por el médico Ochoa, fue desafortunadamente respaldada por dineros del narcotráfico. A finales de la década de los 70´s, fueron invitados por la junta directiva del cuadro escarlata los hermanos Rodríguez y principalmente Miguel, quien a partir del 4 de enero de 1980 se convirtió en el máximo accionista del club. Los Rodríguez, que en ese momento fungían como respetados empresarios del Valle del Cauca, eran dueños de importantes empresas colombianas destacándose principalmente en el sector farmacéutico y el bancario.

Tal fue la ambición del capo por hacer de América un equipo de talla internacional, que era frecuente que le enviara propuestas a cracks de talla mundial para que vistieran los colores del equipo, como lo hizo con Enzo Francescoli y con el mismísimo Diego Maradona. Ninguno de los 2 aceptó.

Poco a poco y mientras el dinero del narcotráfico absorbía todas las dimensiones de la sociedad colombiana, América se iba llenando de títulos. Los jugadores cobraban exorbitantes salarios que más de una vez fueron consignados en una sola cuota desde principio de año, recibían de premios lujosos autos, valiosas joyas y hermosas acompañantes, pareciendo más jugadores de clubes elite europeos, que de un país subdesarrollado.

El colmo del cinismo y el exceso de tolerancia por parte de la sociedad colombiana para con los narcos, quedó demostrado cuando a finales de 1986, Miguel Rodríguez fue nombrado por el Círculo de Cronista Deportivos, como dirigente del año.

Hinchas del Club Am&eacute;rica de Cali de Colombia agradecen al jefe de un cartel del narcotr&aacute;fico de ese pa&iacute;s, sindicado de haber sido accionista y participar activamente de los negocios del equipo, durante un partido en la ciudad de Miami.
Hinchas del Club América de Cali de Colombia agradecen al jefe de un cartel del narcotráfico de ese país, sindicado de haber sido accionista y participar activamente de los negocios del equipo, durante un partido en la ciudad de Miami.

Por otra parte, un exjugador, que solicitó reserva de su nombre y fue titular indiscutible durante varias campañas, afirmó: “Yo jugaba en otro equipo y América compró mis derechos. Cuando llegué, un amigo me dijo que era una muy mala decisión porque al técnico Ochoa no le gustaban los jugadores con mi biotipo, por lo que desistí de jugar allí. Cuando regresaba a mi antiguo equipo me llamó Don Miguel y me citó en su oficina, me regaló un carro último modelo y me contrató por 15 mil usd mensuales. No había manera de decirle que no al América”. Comenta aun asombrado el exfutbolista, el hecho que ocurrió hace más de 20 años.

Otro jugador, de los más reconocidos y exitosos del América, un día fue donde Miguel Rodríguez a decirle que se iba a ir del equipo porque tenía una importante oferta de un Club Mexicano, donde ganaría usd 250.000 anuales. El capo lo miró y levantándole la voz le dijo: “Vos sabés que eso para mi no es plata”, e inmediatamente dio la orden a uno de sus escoltas que le trajera una bolsa plástica con la misma cantidad de dinero, como bono especial. Ese, era el América de Miguel Rodríguez Orejuela.

Los años 90´s también fueron muy exitosos para “La Mechita”, ya que en esa década se lograron 3 campeonatos en 1990, 1992 y 1997 respectivamente. De la misma forma, se consiguió el primer título internacional: la Copa Merconorte en 1999, de la mano del técnico valluno Jaime de la Pava. Con estos logros, América empezó otra senda victoriosa con el capital ilegal muy disminuido pero con un excelente trabajo deportivo de De La Pava.

En el nuevo milenio América, logro 4 títulos (2000, 2001, 2002-I, 2008-II) y destacadas participaciones en torneos internacionales. Pero la caída del Cartel de Cali comenzó a arrastrar todo lo que alguna vez había pertenecido a ellos y la capacidad financiera del Club se fue a pique, sobre todo cuando el equipo fue ingresado en la Specially Designated Narcotics Traffickers, mejor conocida como Lista Clinton.

Desde 1995, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de Norteamérica, creó la comúnmente conocida como Lista Clinton, en la que aparecen los nombres de las personas y empresas vinculadas con el narcotráfico. Por supuesto, el nombre del América estaba allí. A pesar que solo se hizo efectiva en 2008, dicho listado prohíbe a esas empresas manejar cuentas bancarias y lo imposibilita para realizar negocios, porque cualquier persona o entidad que los realice, puede ser vinculada con narcotráfico.

Estados Unidos levantó las sanciones contra el equipo colombiano América de Cali, tras considerar que dejó de estar bajo el control del cártel narcotraficante del mismo nombre, informó este miércoles el Departamento de Tesoro. (AFP/Archivo | Luis Robayo)
Estados Unidos levantó las sanciones contra el equipo colombiano América de Cali, tras considerar que dejó de estar bajo el control del cártel narcotraficante del mismo nombre, informó este miércoles el Departamento de Tesoro. (AFP/Archivo | Luis Robayo)

De ahí en adelante lo que llegó al equipo escarlata fue ruina y desolación. Sin posibilidades de patrocinios, ni movimientos financieros aprobados, llegaron a deberles 5 meses de salario a los jugadores, a los empleados y los implementos mínimos de trabajo comenzaron a escasear. América comenzó a irse a hundirse, sin lo que parecería, salvación alguna.

Los Rodríguez liberaron al equipo que fue tomado temporalmente por la Alcaldía de Cali, pero en 2013, comenzaría una época de renacimiento financiero para el equipo valluno: La era Sangiovanni.

Oreste Sangiovanni es un abogado caleño de 55 años de edad. Hijo de inmigrantes italianos, aprendió a manejar empresas desde muy niño y el ejemplo de su padre, el conocido empresario y dirigente deportivo José “Pepino” Sangiovanni, le han hecho tomar un camino muy similar.

Alejado activamente por casi dos décadas del América, decidió convertirse en máximo accionista gracias al amor que le profesa a la institución. Invitado por amigos cercanos, Oreste decidió tomar las riendas del equipo de sus amores y su primera misión fue como socio capitalista y luego la desclasificación de su equipo de la Lista Clinton. Ambas misiones se lograron.

Hoy, el abogado afirma: “La situación actual de América puede verse desde dos ópticas, la financiera y la deportiva. Financieramente hemos mejorado mucho, entramos al equipo con una deuda cercana a los 13 millones de dólares y hoy día está rondando 1 millón. Además de eso, logramos sacar al equipo de la Lista Clinton y nuestras posibilidades de hacer negocios inmediatamente crecieron, por supuesto que eso al hincha del común no le interesa, pero para poder hacer gestiones deportivas, siempre se necesita apoyo económico. Desafortunadamente ninguna de las dos existió y eso generó el desastre de los últimos años”.

“Se ha podido seguir adelante gracias a las gestiones que hemos hecho, poco a poco, limpiando todo lo negativo. Fíjese que en enero nos invitan por primera vez en muchos años a Estados Unidos donde estaba prohibido que ingresáramos, hemos ido ganando reconocimiento y credibilidad gracias a una gran labor financiera, y este año nuestro objetivo es el ascenso”, comenta el presidente escarlata.

América de Cali hoy tiene un presupuesto austero: trabaja con muy poco personal administrativo, se han recortado gastos, la plantilla se hospeda en hoteles de tres estrellas e incluso viajan el mismo día del partido. Ningún miembro de la Junta Directiva viaja con el equipo ni mucho menos se hospeda con el mismo. Con una nómina joven y algunos experimentados jugadores, quiere de una vez dar el salto a la A. Hoy no hay nóminas atrasadas, así como tampoco grandes salarios. Poco a poco se ha ido reconstruyendo el equipo con las dificultades típicas de cualquier escuadra que sufre los flagelos de la B: “Han inventado tantas cosas como que a la Dimayor le conviene que América esté en la B… si a nadie le conviene eso, son casi usd 3 millones que dejamos de recibir por estar en la segunda categoría”, afirma el presidente.

En este 2016, América entrará en un proceso de democratización y sacará a la venta acciones para que cualquier hincha pueda convertirse en socio aportante. La idea, será bajo esta figura recoger anualmente US$1 millón, para eliminar el pasivo y de una vez por todas, sacar el barco a flote.

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