Yahoo Noticias Los regresos más impactantes en el tenis
A Martina Navratilova muchos la consideran la mejor tenista de todos los tiempos. Haber regresado a los 48 años al circuito agrandó todavía más su leyenda. En 1994 se retiró con un bagaje impresionante de 18 Grand Slams obtenidos (en singles). Martina volvería a competir una década después. Lógicamente, los resultados fueron diferentes, pero la vuelta resultó mejor de lo esperado. En 2004, la argentina Gisela Dulko se dio un gusto y la venció en Roland Garros y luego en Wimbledon. En el Grand Slam británico de ese año la norteamericana, con 47 años, se convirtió en la jugadora de mayor edad en ganar un partido en la era abierta, con un categórico 6-0 y 6-1 ante la colombiana Catalina Castaño. Su último encuentro en esta modalidad fue en junio de 2005, en el WTA de Holanda.
En dobles obtendría sus mayores logros en su nueva experiencia. Junto al estadounidense Mike Bryan, Navratilova ganó una vez más la prueba de dobles mixtos en el US Open 2006. Sería su título número 59 de Grand Slam (en todas las modalidades), en vísperas de su quincuagésimo cumpleaños el 18 de octubre. "Uno es tan viejo como se siente. Yo no me siento de 49 años. Desearía inspirar a la gente", decía Martina por esos días. Se retiró campeona, una vez más. Una leyenda.
El de Pablo Cuevas puede considerarse uno de los regresos más exitosos en los últimos años. El uruguayo sufrió dos operaciones en la rodilla tras sufrir un edema óseo y estuvo dos años alejado de las canchas. Volvió en 2013 y con un éxito resonante: esfuerzo, dedicación, trabajo, algunas de sus premisas. El propio Rafael Nadal elogió su vuelta. Y después de la lesión se vio al mejor Cuevas, hoy ubicado 27º del mundo (llegó a ser 21º en marzo de 2015) y mejor latinoamericano del ranking. Además, sus cinco títulos llegaron post operaciones, dos de ellos en la presente temporada.
Brian Baker vivió buena parte de su vida luchando contra las lesiones. Este tenista estadounidense fue operado cinco veces en sólo tres años. Hubo pocos casos de este tipo, con seis años alejado del tour y un regreso con buenos resultados. Y Baker puede resultar desconocido pero fue una de las grandes promesas del tenis de los Estados Unidos: como junior, fue finalista de Roland Garros (con Stan Wawrinka como verdugo).
Vale el repaso para entender la batalla contra su propio físico: jugó profesionalmente entre 2002 y 2005. Reapareció en 2011, y en 2012 pasó del puesto 456 al principio de año al 52 a finales del mismo; En ese 2012 fue finalista en Niza y meses más tarde trepó a octavos en Wimbledon, donde fue la sensación; otra vez las lesiones lo tuvieron con poca actividad durante el 2013 y finalmente en 2014 decidió retirarse. Disputó sólo 48 partidos en el circuito. En 2016 está probando nuevamente: perdió en primera rueda del Abierto de Australia frente al italiano Simone Bolelli y en Roland Garros ante Bernard Tomic.
A Kimiko Date muchos la recordarán por ser una de las rivales directas de Gaby Sabatini, mezclada en el lote de las mejores con Seles, Graf, Arantxa Sánchez. La nipona (nacida en 1970, mismo año que Sabatini) se retiró en 1996, regresó al tenis en 2008, y en septiembre de 2009 se dio el gusto de celebrar en el torneo de Seúl, ante Anabel Medina. "Nunca he dejado de sonreír, soñar y disfrutar", fue una de sus frases predilectas. "Soy muy consciente de que en estos días, la mayoría de mis oponentes son lo suficientemente jóvenes como para ser mis hijas. Es una locura, pero soy feliz jugando a este deporte", confesó en una carta en 2015.
Hoy, a los 45 años, la japonesa todavía da batalla: este año perdió en la primera rueda de la clasificación del Abierto de Australia...
Algunos se preguntaron: "Thomas Muster, ¿para qué volviste?". El austríaco fue número 1 del planeta y ganó 44 títulos, entre los que se destaca Roland Garros en 1995; además, acumuló ocho Masters 1.000 (tres Roma y Montecarlo, una Essen y Miami). En 1995, Muster logró la suma de 12 títulos y 40 victorias consecutivas sobre polvo de ladrillo (tercera marca histórica, detrás de Rafael Nadal y Guillermo Vilas). "Quiero sentir la adrenalina y la tensión que se vive en la competición", dijo en 2010 y volvió al circuito a los 42 años (una década después de su retiro). El récord no fue nada alentador: dos victorias y 25 derrotas. Uno de los triunfos fue ante el argentino Leonardo Mayer, en el challenger de Todi, Italia.
Björn Borg fue un mito que se retiró con apenas 26 años. Talento puro, el sueco se había consagrado seis veces en Roland Garros y cinco en Wimbledon. El ganador de 64 títulos fue y es considerado uno de los mejores tenistas de todos los tiempos. Borg, una de las primeras estrellas mediáticas del tenis, era joven cuando decidió ponerle fin a su carrera. "Iceborg" ocupó en el número uno en el ránking de la ATP durante varios periodos entre 1977 y 1981, totalizando 109 semanas. "Podría haber estado cinco años más en el top ten, habría ganado más torneos y seguro que otro Grand Slam más, pero perdí la motivación", confesó alguna vez.
Inmerso en problemas económicos, Borg decidió volver en 1991 para el torneo de Monte-Carlo. Björn jugó un total de 12 torneos perdiendo en la primera ronda de todos. Fue, posiblemente, el peor de los regresos teniendo en cuenta el nombre del protagonista.
Lo de Kim Clijsters fue brillante. La belga se retiró en 2007, se casó, tuvo una hija y un par de años después volvió y dejó de lado todo tipo de pronóstico y estadísticas: celebró el título del US Open en 2009, torneo en el que volvería a repetir en 2010. También se llevaría el Abierto de Australia en 2011.
Al igual que Clijsters, Justine Henin es toda una celebridad del deporte belga. En su carrera, ganó 43 títulos, entre ellos siete Grand Slam y una medalla dorada en Atenas 2004. Siendo la tenista número 1 del ranking mundial, anunció su retiro del tenis con apenas 25 años, en 2008. Regresó al circuito en el torneo de Brisbane 2010, pero en cuanto a logros lo suyo no fue tan efectivo: ganó dos títulos y una grave lesión en el codo la obligó a despedirse definitivamente del tenis en enero de 2011.
Martina es puro talento. Su nombre no es casual: Melanie, la madre de Martina Hingis, era admiradora de Navratilova. La suiza batió récords de precocidad: alcanzó el número uno con poco más de 16 años, se retiró a los 22, regresó a los 25 y a los 27 fue suspendida por doping (cocaína). En el medio, la obtención de cinco títulos de Grand Slam en singles.
"Martina ganó Wimbledon con 16 años. Yo en ese momento tenía 15 y pensé que ganar el título al año siguiente era completamente imposible. No tenía ni idea de cómo lo había conseguido. Yo no tenía el talento de ella, de Tiger Woods, de Rafa". Palabras de Roger Federer.
El 15 de julio de 2013 la suiza anunció su regreso como doblista, modalidad en la que hoy es la número uno del ranking. Desde la vuelta, Hingis se consagró en seis torneos de Grand Slam, tres en dobles femeninos junto con Sania Mirza y tres en dobles mixtos junto con Leander Paes.
Este año, Hingis perdió en la semifinal de la Fed Cup con Suiza. De haber trepado a la definición del certamen, habría repetido la final del año 1998.
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