Opinión: el que vuelve al Atlético no es Fernando Torres

Por muchas vueltas que le queramos dar a la bufanda, el que vuelve al Atleti no es Fernando Torres. No vuelve el capitán de 19 años que jugaba con el equipo al hombro, no vuelve el niño del gol al Albacete, no vuelve el asesino de sus años en Liverpool ni el cromo indispensable en la historia reciente de la selección española.

Desde que fichó por el Chelsea, el que vemos en cada partido es el doble fantasmal del ídolo. Me encantaría comerme mis palabras pero ese es el futbolista que vuelve al Vicente Calderón, tan solo el doppelgänger del Niño.

Como el Atlético es un equipo particularmente propenso a lo sentimental, han vuelto a hacer con Torres lo que en su día hicieron con Futre o con el Simeone futbolista. Acoger al ídolo desconchado a costa de todo riesgo. Porque no nos engañemos, su momento de forma empuja al alambre a tres actores: a él mismo, a la directiva y al Cholo, que lo ha pedido expresamente.

Gil Marín y Cerezo saben que los goles del niño pueden ser sordina perfecta para un momento especialmente enrarecido en lo social, para el Cholo son puntos y para Torres regatear la etiqueta de jubilado prematuro. Esos goles serán los que dicten sentencia y por desgracia para todos, hace demasiado que no abundan.

Los mismos palmeros que quisieron ver un Torres pletórico antes del último Mundial, ven ahora la pieza que encajará como anillo al dedo en el cholismo, el complemento ágil a la contundencia de Mandzukic, el estilete para abrir campo al contragolpe, el nueve irresistible... Sin embargo, creo que lo inteligente es recordar a Larry David y moderar nuestro entusiasmo. Hacerlo antes de nos veamos recopilando memes en lugar de goles y sufrir un poco menos.

A mí toda esta historia de Torres me recuerda al triste fútbol argentino. A Verón y Riquelme regresando al regazo cálido y confortable de la madre que jamás exigirá más de la cuenta, que te perdonará hasta el último de los defectos. El problema es que la exigencia en la que se mueve ahora mismo el Atlético es feroz y debería invitar a otro tipo de apuestas.

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