La revolución de Michel Platini en la FIFA

A finales de la década de los 80s, el exquisito ex jugador francés Michel Platini, publicó su autobiografía con un original título “Mi vida como un partido de fútbol”, los capítulos van desde el calentamiento hasta los tiros de penal. En sus páginas narra sus inicios cuando su padre era su entrenador a los 11 años, luego su paso por el Nancy, Saint-Étienne y su coronación en la Juventus de Turín, además de sus vivencias como jugador profesional y ser humano.

El número 10 de la selección francesa mostraba su habilidad en la cancha con refinados movimientos y lo caracterizaba un magnífico remate de tiro libre. Ganó el campeonato italiano, la Copa de Italia, Recopa, Supercopa, la Copa de Campeones, la Copa Intercontinetal y el Balón de Oro en tres ocasiones. Fue uno de los mejores jugadores del Siglo XX y una de los mediocampistas más goleadores del planeta fútbol. Nunca ganó la Copa del Mundo, pero su selección avanzó a semifinales en 1982 y 1986. En ambas ocasiones fue eliminada por Alemania. Lo que no se vislumbraba en sus años de jugador era su interés en la política futbolística, por llamarlo de alguna manera.

Primer tiempo: Fallido técnico,federativo y organizador del Mundial

Se retiró a los 32 años y probó suerte como técnico con la selección de su país, luego formó parte de la Federación gala hasta presidirla y fue pieza clave en la organización de la Copa del Mundo Francia 1998, cuando su país se coronó campeón de la mano de Zinedine Zidane. En 2007 ganó la presidencia de la UEFA al derrotar al sueco Lennart Johansson.

Segundo tiempo: presidente de la UEFA

En la UEFA su primera gran estrategia fue ampliar el número de equipos en la Champions League. Los países con pocas opciones le dieron su voto, ahora en FIFA quiere aplicar la misma receta.

Luego de los escándalos de corrupción de FIFA, Platini amenazó con que la UEFA se separaría del organismo que rige el balompié mundial. Después le pidió la renuncia a Sepp Blatter, pero luego lo abrazó cuando ganó la elección ante el príncipe Alí de Jordania. Ahora confesó que quiere ser presidente y ofrece ampliar la Copa del Mundo de 32 selecciones a 40.

Su otra gran estrategia será lanzar la tarjeta blanca (los jugadores que le falten el respeto al árbitro o a un jugador rival deben salir diez minutos de la cancha), también tiene la intención de sumar dos cambios en los partidos con prórroga y no hacer traspasos con jugadores menores de edad. Veremos si Platiní saldrá vencedor en los tiros de penal de la FIFA, pero sin duda propone una gran revolución que puede ser una buena arma electoral, pero probablemente le quite nivel a la Copa del Mundo.

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