¿Qué hubiera pasado si Johan Cruyff jugaba en el Real Madrid?

En 1973, la fisonomía de la Liga española cambió para siempre. Luego de 20 años de prohibición de contratar futbolistas extranjeros, la Delegación Nacional de Deportes abolió la norma y los clubes más poderosos se volcaron al mercado, inaugurando una dinámica de fichajes que, entre cifras astronómicas y nombres estelares, es el máximo atractivo de cada receso de la BBVA.

¿Por qué estaba prohibido contratar jugadores que no tuvieran nacionalidad española? Porque los organizadores de la Liga consideraban perjudicial para sus figuras la importación de talento. Creían que la conformación de plantillas cosmopolitas afectaría la consolidación y desarrollo de la Selección española.

Cruyff joined Barcelona in 1973 in a world record transfer deal of 2M $
Cruyff joined Barcelona in 1973 in a world record transfer deal of 2M $

 

El nuevo panorama encontró a Santiago Bernabéu, histórico presidente del Real Madrid, ávido por conformar un súper equipo. Entonces focalizó sus energías en la compra de Johan Cruyff. El Ajax de Holanda encarnaba ese modelo de potencia europea que el dirigente madridista pretendía asimilar. Bernabéu tenía buenas intenciones y ansias de inmortalidad (cosa que consiguió), pero también un orgullo sobrehumano que lo motorizaba. Quería darle al mundo la foto con el reciente ganador del Balón de Oro posando con la camiseta blanca, justo después de que levantaran el histórico cepo.

En mayo del 73, el presidente del Real Madrid viajó a Amsterdam y presenció el triunfo de Holanda 3 a 2 sobre España. Días después se trasladó a Belgrado y vio en vivo y en directo la consagración del Ajax en la Copa de Europa, tras vencer 1 a 0 a la Juventus. Cruyff estaba cercado por el equipo Merengue. No podía escaparse. Como si hiciera falta, el club español y el holandés compartían a la empresa de electrónica Philips como sponsor principal.

SPO08 AMSTERDAM (HOLANDA) 24/03/2016.- Fotografía de archivo del 13 de abril de 1969 que muestra a Johan Cruyff durante el partido de ida de las semifinales de la Copa de Europa entre el Ajax Amsterdam y el Spartak Trnava dispuatdo en el estadio Olímpico de Amsterdam, Holanda. Según ha anunciado su página web hoy, 24 de marzo de 2016, Johan Cruyff ha fallecido de cáncer a los 68 años en Barcelona. EFE/-

El caso dio un giro radical cuando Don Santiago tuvo que sacar la chequera. Los holandeses pedían por Cruyff lo que a valores actuales significarían 300 mil euros. Su presidente, Jaap van Praag, había acordado de palabra la venta al Real Madrid. La oferta de la Casa Blanca, algo así como 190 mil euros, resultó insuficiente. El lapsus entre esa negativa y la contraoferta proveniente de Madrid dejó un bache para que un emisario catalán presentase su propuesta. Agustí Montal Costa, presidente del F.C Barcelona, le entregó al Ajax 600 mil por la ficha del histórico volante. En agosto de 1973 lo presentaron el Camp Nou.

“Es inadmisible que un futbolista quiera cobrar el sueldo más alto de la plantilla. Que se lo gane en la cancha”, lanzó Bernabéu una vez caído el pase de Cruyff al Madrid. Cumplió su objetivo. Para la posteridad quedaría que Johan eligió al Barsa por cuestiones de dinero. La acusación de “pesetero” sería una de las más recurrentes que la afición Merengue le dedicaría al holandés.

Ese estigma persiguió a Cruyff el resto de su vida. Cada vez que lo consultaban por esta cuestión exhibía su malestar. En una entrevista en el diario As niega rotundamente haber elegido al Barcelona por motivos económicos y confiesa que su salida del Ajax fue por la envidia acechante de sus compañeros de equipo.  Como si en Holanda hubiera percibido los límites de un estrellato inevitable.

 “Quiero que me recuerden como un buen jugador que ha aportado algo al fútbol, y no como pesetero. Esa es una falsa leyenda que circula por ahí sin fundamento”. Había elegido al Barcelona, también, por su carácter rebelde, desafiando las reglas del juego del negocio y sus agentes. Los hinchas blaugranas lo recibieron con honores.

El mérito de Cruyff en Barcelona fue inmediato. En su primera temporada, el equipo catalán se coronó campeón de la Liga luego de catorce años. A partir de él cambió la historia del fútbol español: el reinado deportivo del Real Madrid cargó para siempre con el contrapeso simbólico, el legado del fútbol total, que convirtió en mito al Barcelona. Los catalanes lo adaptaron como faro y guía. Él los cuidó como nadie.

¿Qué hubiera pasado si Cruyff fichaba por el Madrid? ¿Acaso hubiese pasado a la historia como lo hizo a partir de su llegada al Barcelona?

 

La lógica de conducción de un club y del otro es manifiesta. Casi que se palpa. El Real Madrid es una señora rica que no le gusta cocinar y pide delivery todos los días. No tiene pruritos en tirarles las sobras a los perros, o dejar que se pudran en la heladera, al momento de saciar su siguiente antojo. Barcelona es una matrona que usa delantal y cocina para sus nietos con los frutos que recoge de su huerta. Ni peor ni mejor, diferentes formas de concebir la felicidad (por estos tiempos, unánimemennte asociada con el éxito deportivo). Estos contrastes tienen peso gracias al legado de Cruyff.

Si Cruyff hubiera fichado por el Madrid, ¿hubiera podido aportar a un club acostumbrado al recambio y al descarte sus creencias de escuela y generaciones? Lo que es peor, sin él, ¿hubiera el Barcelona imitado el modelo de su rival? ¿Hasta dónde la presencia de Cruyff en la biografía del Barsa justifica, con la misma lógica del efecto mariposa, por ejemplo, la captación y formación de un niño con déficit de crecimiento pero chispazos de genio?

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