Cuando el banderín de córner se convierte en el mejor compañero

Marcos Venâncio de Albuquerque tiene un nombre directamente proporcional en complicación fonética a sus soluciones sobre el terreno de juego con una pelota en los pies. El habilidoso jugador del Cruzeiro, más conocido como Ceará, lo demostró en el último partido del celeste ante el Tupi.

El ex-jugador del PSG demostró que tiene más dotes con el balón que la mayoría de defensores y para asombrar al estadio escogió el compañero más inesperado: el banderín de córner. Vean como aprovecha todo el campo, incluyendo ese objeto, para zafarse mágicamente de la oposición rival.

Y es que al fútbol se juega con el cerebro.

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