Brilla el sol en Manchester para Juan Mata

Una hilera de casas desiguales con los tejados húmedos. Al fondo, la altísima torre del reloj del ayuntamiento custodiando un paisaje duro. El cielo es de un gris infinito y abruma el skyline de la ciudad. Sin embargo, al fondo, las nubes parecen dar tregua. Seguro que mañana saldrá el sol. La última foto publicada por Juan Mata en su cuenta de Twitter no es una simple postal de Manchester, es una metáfora de su gran momento en la Premier League. De su gran momento con José Mourinho.

Cuando José Mourinho aterrizó en Manchester este verano, muchos quisieron ver tormenta en el horizonte de Juan Mata. Al centrocampista español le costó encajar en el esquema del portugués durante su etapa juntos en el Chelsea. Mata, jugador de habilidad exquisita para el pase y con un olfato impagable para el gol, nunca se ha caracterizado ni por el sacrificio defensivo a los niveles estajanovistas que exige Mourinho ni por su velocidad. En esa guerra de necesidades, Mourinho prefirió al brasileño Óscar. La llegada del luso a Old Trafford, con ese pasado reciente sobre la mesa, colocaba un símbolo de interrogación sobre la cabeza del asturiano. Un símbolo que ya está roto en cien pedazos.

Mata está respondiendo a la confianza de Mourinho con un rendimiento palpable. Primero fue su gol en el estreno frente al Bournemouth. Luego otro, de peso y precioso, frente al Leicester, el vigente campeón. Pero por encima de todas las cosas, es la sensación de ser pieza esencial en el engranaje del equipo en cada minuto que ha disputado.

El momento de Mata es la respuesta del volante a los que creyeron imposible una segunda etapa exitosa junto al exigente entrenador portugués. En el esquema con tres teóricos enganches que plantea Mou, Mata rebosa actividad desde la banda derecha. Desde allí no solo es capaz de desordenar defensas gracias a su excelente movilidad y a su nítida conducción sino que se convierte en un aliado perfecto para Ibrahimovic arriba (también Rashford o Martial) y para Pogba, unos metros más abajo.

Mourinho está encontrando una versión del español comprometida no solo en ataque, algo que se le supone a un 10, sino también en defensa. Tras un verano minado de incertidumbres, meses de asomarse a la ventana en su casa de Manchester y sentir el olor revuelto de la tormenta al respirar, Juan Mata baja la persiana con una sonrisa. Lo está bordando y mañana seguro que sigue brillando el sol.

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