Cuando la tradición le gana al negocio

El negocio suele ganarle la batalla a la tradición. En casi todos los ámbitos donde irrumpe el billete aparece un nuevo orden que, si no extingue al tradicional, al menos lo invade visiblemente. El fútbol, uno de los grandes negocios del siglo actual y anterior, no le escapa a las generales de la ley. Sin embargo, algunos ejemplos demuestran que es posible mantener ciertas formas tradicionales y darles vigencia a través del tiempo.

El Athlétic Bilbao, uno de los equipos con más historia del la Liga española, respeta como ningún otro su estatuto fundacional, que consigna la imposibilidad de contratar jugadores. Las raíces vascas, fuertemente arraigadas, determinan que el plantel profesional sólo puede estar conformado  por jugadores nacidos en Euskal Herria (País Vasco) y Navarra (País Vasco francés) o que hayan crecido futbolísticamente en la cantera del club o de algún equipo vasco.


Bajo el slogan son "Nacionalismo, pasión, honestidad, compromiso social, liderazgo y transparencia en la información"  el equipo Mexicano Chivas de Guadalajara es uno de los remedos más importantes que tiene el equipo vasco en Latinoamérica. "El rebaño sagrado" sólo contrata jugadores nacidos en territorio nacional. Atender a la tradición no fue un mal negocio para los mexicanos: es uno de los equipos más populares de México y en su vitrina.



En Ecuador, el Nacional, un equipo con mucha historia nacional y continental, persigue la misma filosofía que las Chivas y el equipo vasco. El equipo de las Fuerzas Armadas sólo integra a sus planteles a jugadores nacionales.
Estos tres casos, sin embargo, por la necesidad de sumar ingresos, no desatienden la cuestión comercial. Los tres firman anualmente convenios con publicidades, con la televisión y venden  sus jugadores a otros equipos del mundo. Pero, a diferencia de la gran mayoría, perpetuaron a través del tiempo una característica que blinda a sus equipos con una "pureza" no habitual en estos tiempos.