Pasaron de la gloria al infierno, en un segundo

La emoción que brinda ganar un título dentro del futbol, es indescriptible. Toda la euforia sale por los poros de los triunfadores; no caben de felicidad y su celebración se alarga por mucho tiempo, tanto dentro, como fuera del terreno de juego.

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En Irán, el entrenador portugués, Toni Oliveira, se encontraba festejando su primer título efusivamente, cuando descubrió que el honor de ser campeón, no le correspondía a su equipo, el Tractor’s Sazi, de la Pro Liga Persia del Golfo, sino al Sepahan, un equipo que se ubica al sur de donde se encuentran ellos.

El Sepehan había ganado su duelo por dos goles, resultado que le garantizaba el título, al quedar delante del Tractor’s Sazi, pero cuando se supo que el campeón era, precisamente el Sepehan, el desconsuelo llegó en todo su esplendor.

“Nos sentimos robados” aseguró el ex estratega del Benfica, de 68 años de edad, Oliveira. No lograban entender como empatando a tres goles, y el Sepahan, en la tercera plaza al momento de arrancar el juego, y consiguiendo la victoria a dos, les hayan arrebatado el título, eso comentaron los auxiliares de Oliveira. La confusión reinaba en el estadio. Nadie sabía a ciencia cierta lo que pasaba; si eran o no campeones.

Los aficionados del Tractor’s Sazi, y claro, los jugadores, cuerpo técnico y directiva, pasaron del cielo al infierno en cuestión de minutos.

La controversia se presenta porque en el Tractor’s Sazi, aseguran que algo extraño paso, ya que ellos estaban siguiendo el duelo del Sepehan, y de repente, la televisión, la radio y los teléfonos celulares dejaron de funcionar -corría el minuto 87- y cuando pudieron enterarse del marcador final, este ya era empate a 2.

Con el fin de disminuir el aforo de ese día (90mil personas), el anunciador oficial del estadio, incorrectamente dijo que el Tractor’s Suzi había sido campeón, y cuando rectificó, la violencia se hizo presente en el estadio.

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La desgracia le pegó al equipo que decidió mantener sus orígenes, ya que su escudo es un tractor, haciendo alusión a que fueron, precisamente, creados por una empresa de tractores.