Entre festejos y promesas del 'Piojo'
Durante la Copa del Mundo 2014 fue uno de los personajes consentidos a nivel nacional, e internacional, debido a su peculiar forma de apasionarse con los festejos. Se convirtió en un técnico popular, bastante mediático, y generador de empatía. Pero en 2015, Miguel Herrera ha sido lo opuesto.
Con las promesas de clasificar a México al Mundial, arribar al famoso quinto partido, colarse a semifinales de Copa América y conquistar la Copa Oro, el 'Piojo' apenas pudo cumplir dos, justo sus extremos. Del emotivo y sufrido pase a Brasil, el técnico nacional culminó con un tìtulo sumamente cuestionado en méritos dentro de Concacaf.
De diseñar con premura un equipo que plantó cara en la justa mundialista, Herrera transformó a sus hombres en un conjunto que ha jugado sin idea y orientado al desencanto. Peor aún, dejando en polèmicas arbitrales la mejor opinión sobre el rendimiento mexicano en Copa Oro.
Pese a todo, justo o injusto premio a su labor como entrenador nacional, el 'Piojo' obtiene el obligado trofeo en Concacaf, además de festejar un logro que trazó con base en la práctica de un fútbol mediocre y sin aspiraciones reflejadas en la cancha.
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