El renacer de Nelson Haedo Valdéz

Nelson Haedo Valdez
Nelson Haedo Valdez



Nelson Haedo Valdéz

había jugado su último partido oficial con la selección paraguaya el 26 de marzo de 2013. Fue en Quito, ante Ecuador, por la duodécima fecha de la Eliminatoria Mundialista.

Ese día había ingresado al minuto 59 de tiempo corrido en reemplazo de Iván Piris. El resultado final fue 4 a 1 a favor de local, un desenlace que mostraba a las claras el mal momento del combinado Guaraní que dirigía Gerardo Pelusso.

Nunca más volvió a ser convocado, ni por el técnico uruguayo ni por su sucesor de entonces Víctor Genes.

Haedo Valdéz no estaba pasando por su mejor momento con la Albirroja dejando una estadística poco productiva al no haber anotado ningún gol en lo que le tocó jugar durante ese frustrado proceso.

Ya en agosto del año pasado sufrió la rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha en un partido de su equipo el Eintracht Frankfurt ante el Wolfsburgo.

En ese momento sólo pensaba en la pronta recuperación y en poder jugar la Copa América. Y así lo hizo. No sólo logró salir delante de la dura lesión sino que Ramón Díaz le volvió a abrir las puertas de su selección.

Esta Copa América lo está viendo en su mejor forma. Marcó uno de los goles en el importante empate ante Argentina, partido en el que también fue declarado Jugador Más Valioso.

Y este sábado repitió el reconocimiento en la victoria ante Brasil, donde volvió a destacarse y ser pieza clave en la clasificación a la Semifinal.

Pero Haedo Valdéz no sólo es un buen jugador de fútbol. Es un hombre agradecido, un ser humano con todas las letras. Cada mes aporta 10 mil euros a su pueblo natal San Joaquín, en el departamento de Caaguazú, y cada Navidad envía regalos para 500 mil niños en todo el país.

Junto a su esposa ha creado una Fundación en el mismo pueblo. Allí cuenta con un predio de cuatro hectáreas donde se educa, alimenta y enseña a los niños a cultivar la huerta.

“Hay muchos niños en las calles. Con este proyecto queremos incentivarlos. Logré todo lo que tengo con sacrificio, con fe y con confianza en Dios. Yo también nací pobre”. Un ejemplo para ser imitado.

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