El peculiar equipo boliviano

Llegó a la Copa América como la selección sudamericana menos interesante. Para muchos, Bolivia es un rival considerado débil, un cómodo adversario propicio para ganarle incluso por goleada. Por si eso no bastara, desde las épocas del 'Diablo' Etcheverry, sus jugadores prácticamente son desconocidos, poco atractivos para el interés del público futbolero. Pero en Chile 2015, la historia parece cambiar.

Un empate sin goles contra México y un sorpresivo triunfo ante Ecuador son muestra de que Bolivia no acudió al certamen en calidad de equipo endeble. Muy en serio se tomó su participación, tanto que conformó un plantel que cuenta con elementos especiales. ¿Por qué especiales? Por la peculiaridad que poseen.

Martín Smedberg-Dalence. De padre boliviano y madre sueca, el muchacho llama la atención por su apellido, así como por haberse formado en el fútbol de Suecia, donde representó al equipo nacional en sus categorías inferiores. Sin embargo, tras declarar que era su sueño, optó por Bolivia para jugar como seleccionado mayor.

Damián Lizio. Argentino que debutó con River Plate y se coronó bajo la batuta de Diego Simeone. Después ya no fue necesitado en el equipo, por lo que probó suerte en Europa con Córdoba (España) y Anorthosis (Chipre). De un lado a otro en materia de clubes, pero fijo en un propósito: jugar en una selección nacional. Bolivia lo acogió.

Ricardo Pedriel. Después de haber arribado al fútbol europeo en Rumania con Steaua de Bucarest, el boliviano se asentó en Turquía para vestir la camiseta de Mersin İdman Yurdu, equipo que luce por su escasa vitrina en el balompié.

Así, conformando un plantel con integrantes de perfil poco común, el director técnico Mauricio Soria comanda a una selección boliviana que reta a los pronósticos en la Copa América.

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