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Un infarto cerebral pudo ser la causa

Por Arturo Sacramento

El doctor Oliver Núñez Cantú, cirujano general con especialidad en Traumatismos Críticos Quirúrgicos que estudió en la Universidad de Texas, no está convencido de que la muerte del “Perro” Aguayo haya sido una lesión en la medula espinal producto del golpe que recibió al momento de caer fuera del cuadrilátero, por la fortaleza de los luchadores, además de que generalmente los rings están medianamente acolchonados.

A reserva de los resultados que arroje la Necropsia, el especialista en Traumatismos Críticos Quirúrgicos, no descartó que la muerte del luchador haya sido producto de un infarto masivo producto del esfuerzo físico que realiza un deportista, además de que no sería el primer caso que alguien falleciera por muerte súbita.

Igualmente no descartó un infarto cerebral producto de un coagulo que se le haya alojado en el cerebro e igualmente recordó que el “Perro” Aguayo padeció en alguna época de su vida cáncer, el cual en muchas ocasiones genera coágulos que bien pudieron alojarse en el cerebro y provocar la tragedia.

Núñez Cantú comentó que cuando un paciente sufre una lesión en las vías respiratorias trata desesperadamente de jalar aire, algo que no sucedió con el luchador. Asimismo dijo que la forma en que reaccionó Aguayo no es la habitual en lesiones de este tipo.

Respecto de la sangre que escurría de uno de los ojos de Aguayo explicó que pudo ser producto de una fractura en la nariz o de otra parte del rostro; sin embargo, reconoció que a simple vista es imposible poder emitir un juicio de valor.

Sin embargo, dejó en claro que fue deficiente la atención que recibió el “Perro” Aguayo arriba del cuadrilátero, porque esos cuatro o cinco minutos en momentos de gravedad pueden ser la diferencia entre la muerte o la sobrevivencia.