El boxeo pierde su poder de convencimiento

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La falta de nuevos talentos que padece en la actualidad el boxeo mexicano es parte de una nueva dinámica social que se vive particularmente en las clases bajas de México.

El pugilismo siempre fue la gran opción para escapar de la pobreza y marginación en barrios bravos como: Tepito, La Lagunilla, Iztacalco o Iztapalapa en el Distrito Federal, así como en provincia en los alrededores de la zona norte de Tijuana o cerca de las vías del ferrocarril en Culiacán.

Hoy muchos de estos jóvenes encontraron en el negocio ilícito de las drogas la posibilidad de hacer realidad sus sueños de riqueza, mujeres bellas como Juliana Sosa, quien fue detenida con el ‘JJ’, entre muchas más que han sido vinculadas sentimentalmente con los grandes capos y que en contadas ocasiones son pareja sentimental de los púgiles por destacados que éstos sean. Los narcos se convirtieron en unos cuantos años en los héroes modernos a seguir.

Otro supuesto encanto radica en que el dinero se gana de manera fácil, sin arriesgar la vida y tener que estar sujeto a una disciplina de entrenamiento; a golpes que les desfiguren el rostro, dejen secuelas físicas y mentales como posiblemente les sucedió a sus familiares o amigos de generaciones pasadas, quienes para colmo no lograron forjar un mejor futuro.

También ha contribuido a este fenómeno la venta de piratería que aparece propiamente en todas las colonias de México y que atrapó a un sector de muchachos que prefirieron tener un ingreso seguro que ganarse la vida a golpes.

¿Considera usted que con los cambios a nivel global que se viven actualmente en nuestro país, le dan a la juventud un camino diferente al boxeo para salir de la miseria?