El adiós de Brandon Ríos

Timothy Bradley (izquierda) golpea a Brandon Rios durante una pelea por el cinturón de la división welter, el 7 de noviembre de 2015, en Las Vegas. (Foto AP/John Locher)
Timothy Bradley (izquierda) golpea a Brandon Rios durante una pelea por el cinturón de la división welter, el 7 de noviembre de 2015, en Las Vegas. (Foto AP/John Locher)

La velocidad de sus puños se esfumó; sus desplazamientos dentro del cuadrilátero ya son cosa del pasado y su mente, junto a su corazón, ya no están en el boxeo.

Brandon Ríos, aquel que deslumbró al mundo de los golpes con su alma de guerrero y que paró a más de uno de sus asientos en sus fogosos combates, colgó los guantes, se bajó del ring y dijo adiós para siempre.

El llamado “Bam Bam” anunció su retiro del boxeo rentado, luego de caer por nocaut técnico frente a Timothy Bradley, a los 2:49 del noveno asalto en la pelea estelar del cartel que fue presentado en el Coliseo Thomas and Mack Center de Las Vegas y que fue transmitido por la cadena HBO.

“Mi cuerpo ya no es el mismo. He estado en muchas batallas y creo que es momento de colgar los guantes”, dijo Ríos  (33-3-1, 24 KO’s) a concluir el combate. Sin embargo, Ríos preció perder el combate el días antes, cuando el viernes subió por primera vez a la báscula y marcó 147.2 libras. El peso máximo para disputar el título wélter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) que estaba en poder de Bradley (33-1-1, 13 KO’s) eran 147 libras.

 

LAS VEGAS, NV - NOVEMBER 07: WBO welterweight champion Timothy Bradley Jr. (L) hits Brandon Rios during their title fight at the Thomas & Mack Center on November 7, 2015 in Las Vegas, Nevada. (Photo by Steve Marcus/Getty Images)
LAS VEGAS, NV - NOVEMBER 07: WBO welterweight champion Timothy Bradley Jr. (L) hits Brandon Rios during their title fight at the Thomas & Mack Center on November 7, 2015 in Las Vegas, Nevada. (Photo by Steve Marcus/Getty Images)

 

Y aunque el púgil alcanzó el límite en un segundo intento esa misma tarde, el esfuerzo físico que tuvo que hacer para llegar al peso se reflejó en el encuentro. Ríos subió al cuadrilátero el sábado en 170 libras, 23 libras más de las que marcó un día antes y 10 libras más que el peso máximo de la división mediana.

En el inicio del combate, “Bam Bam” parecía que volvería a deleitar al público con su estilo arrojado y su velocidad en los puños, pero hubo que esperar poco para que Bradley impusiera su rapidez y fortaleza.
Ríos comenzó a lucir lento, sin movimientos de cintura ni desplazamiento. A medida que avanzaba la pelea, más le costaba levantar los puños. Lanzó 454 veces, pero apenas conectó 81 golpes. Hasta que en el noveno asalto, el sobrepeso y los ocho meses previos en los que estuvo inactivo, le pasaron la factura.

Un golpe de “upper” de Bradley lo llevó por primera vez a la lona. El púgil de ascendencia mexicana se incorporó, pero solo para recibir otra andanada de golpes que lo puso de rodillas en la lona y el árbitro Tony Weeks le puso punto final al combate… y a su carrera.

“Hay que escuchar el cuerpo. Y el cuerpo me dijo que este es el momento”, dijo más adelante en la conferencia de prensa. No es la primera vez que Ríos confronta problemas de peso. En diciembre del 2011 tuvo que abandonar el cetro ligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) por no cumplir con el peso para su pelea frente a John Murray y en abril del 2012 intentó recuperar su título frente a Richar Abril, pero tampoco cumplió con la báscula.

Así las cosas, a sus 29 años, Ríos le dice adiós al deporte de las narices chatas. Atrás quedó su épica trilogía de combates frente a Mike Alvarado y los aplausos que recibió de su fanaticada, pero también dejó en el camino los problemas de peso, los golpes innecesarios y las lesiones.

Llegó la hora de recoger los frutos y no las decepciones. Que sea para bien.

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