¿El legado de Floyd?

¿El legado de Floyd?

 

El inminente retiro de Floyd Mayweather Jr. el próximo sábado cuando enfrente a Andre Berto, en el MGM Grand Arena de Las Vegas, Nevada pondrá fin a una de las carreras más llamativas y rentables económicamente de los últimos años. El estadounidense se retirará seguramente invicto en 49 peleas y seguramente aparecerá entre los 10 mejores boxeadores de la historia.

A pesar de tener un estilo poco espectacular, el estadounidense se convirtió en el más rentable de la historia. Sus números en el Pago por Evento son impresionantes porque promedia mínimo un millón de telehogares cada vez que sube al cuadrilátero. Además de que puede presumir que en las carteleras más vistas de la historia aparece su nombre.


La llamada “Pelea del Siglo” ante Manny Pacquiao vendió 4.4 millones de telehogares a un costo de 100 dólares; también se deben incluir las confrontaciones ante Óscar de la Hoya y el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, en ambas se superaron los más de dos millones de contrataciones de Pago por Evento.

El “Money” convirtió al pugilismo en uno de los mejores negocios de la actualidad para convertirlo año con año en el deportista con mayores ingresos según la lista que regularmente publica la revista Forbes.


ESTILO

El estilo boxístico de Floyd nunca se caracterizó por su espectacularidad, al contrario fue un boxeador que jamás privilegió los intercambios de golpes. Su táctica estuvo caracterizada por un maravilloso estilo defensivo donde era casi imposible conectarle dos golpes de poder consecutivos.




Como ningún púgil Mayweather Jr. conoció sus virtudes y sus defectos, por lo que jamás eligió en sus 49 peleas a un oponente que lo pudiera vencer, por lo que nunca tuvo una “guerra” arriba del cuadrilátero. Floyd ganó la mayoría de sus riñas por decisión sin dejar dudas sobre sus triunfos por la superioridad que imponía sobre sus rivales.

De confirmarse su decisión de irse de los encordados. Floyd dejará como su gran legado la capacidad para hacer negocio con un estilo aburrido, pero con una arrogancia y soberbia fuera del ring que fue su carta de presentación.

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