Piqué, independencia y titularidad

Luis Enrique sigue condenando al central azulgrana a sentarse en el banquillo y para Brotons estas son las razones de su peor momento como jugador del Barcelona.

Shakira and Gerard Pique of FC Barcelona are seen with their son Milan prior to the La Liga match between FC Barcelona and Sevilla FC at Camp Nou on September 14, 2013 in Barcelona, Spain. (Photo by David Ramos/Getty Images)
Shakira and Gerard Pique of FC Barcelona are seen with their son Milan prior to the La Liga match between FC Barcelona and Sevilla FC at Camp Nou on September 14, 2013 in Barcelona, Spain. (Photo by David Ramos/Getty Images)

Por José Brotons

El periodismo deportivo se ha convertido en propaganda, sin ningún rubor ni autocritica que permita reconducir esta hermosa profesión cuyo único sentido es contar noticias y a ser posible, que molesten a los que mandan. Potenciar las anécdotas que generan los protagonistas del Real Madrid y en menor medida los del Barcelona, hacer periodismo de rotonda, de los vómitos de Messi o convertir chascarrillos en falsas informaciones parece que genera multitud de adeptos. Nos acostumbramos a la basura con mucha facilidad, quizás porque la calidad es algo que solo nos llega en pequeñas dosis. De pronto un comentario en Twitter del jugador catalán Gerard Piqué, haciendo referencia a una asunto político, incendia las redes sociales y lo convierte en TT nacional con el hashtag #PiqueFueraDeLaSeleccion.

El crimen de Piqué fue escribir que: “Es un lujo tener al Presidente Mas representando a Catalunya. Gracias a @laSextaTV por emitir esta entrevista y que llegue a toda España”. Podrá estar más o menos acertado en su apreciación, que para unos será acertada y para otros un error, pero no deja de ser la opinión de una persona que profesionalmente es un futbolista.

Primero persona, luego futbolista. Piqué se ha mostrado con gestos, fotos y declaraciones partidario de la consulta soberanista, el derecho a decidir, en Cataluña. Jamás ha manifestado públicamente un deseo independentista, aunque alguno de sus insultadores y críticos afirme que lo es. Le he visto portando la senyera, pero no recuerdo que ondeara la “estelada”en ninguna celebración pública. Este mismo mes Piqué ha dejado claro que “No entiendo por qué la gente se molesta. De mí no se puede dudar, llevo en la selección desde los 16 años y nunca he fallado, siempre lo he dado todo. Me he dejado la piel en cada partido que he jugado, pero otra cosa es sentirse catalán y estar a favor de la consulta porque creo que es algo democrático”.

El problema de Piqué no es hacer ostentación de su catalanismo, ni ponderar al President Mas. El jugador tiene otros asuntos más preocupantes que resolver si quiere seguir estando en la élite del fútbol tales como su bajo estado de forma que le aleja de la titularidad. Gerard se ha despistado, ha perdido la tensión competitiva y se ha dejado llevar por asuntos que poco tienen que ver con el fútbol. Sin llegar a un “mea culpa” total ya reconoció en rueda de prensa que no era el mismo de hace unos años.

Es posible que su alta exposición pública, en medios de comunicación y redes sociales, como consecuencia de su relación con Shakira, la paternidad, el segundo embarazo o su conocida afición al juego le hayan provocado un cortocircuito profesional que le perjudica de forma notable.

Piqué es un tipo con gran personalidad, con formación y conocedor del entorno que rodea al fútbol. A mí me gustan los jugadores que no se esconden tras los tópicos y que son capaces de crear corrientes de opinión, por eso creo que Gerard sabrá reconducir esta situación y hacer oídos sordos a los que insultan y amenazan.

Recomiendo a los críticos y al personal en general una interesante entrevista publicada en el periódico “El País”, el 25 de marzo de 2013, donde Piqué se confiesa al periodista Luis Martín y le cuenta entre otras cosas que: “Cada uno puede pensar lo que quiera, pero yo no entiendo al catalán que dice que quiere que pierda la selección”. Es difícil explicarle a las masas o a los “huevos” de Twitter que la vida no es tan complicada como ellos la viven.

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