Luis Enrique también llora

Luis Enrique también llora

El técnico asturiano perdió la varita mágica durante los primeros 65 minutos del envite ante el Borussia Monchengladbach al intentar dar una vuelta de tuerca tácticamente que no funcionó. El mayor damnificado fue Paco Alcácer --a su vez el motivo del cambio de dibujo del FC Barcelona-- pues no llegó jamás a integrarse en el juego del equipo y su desconexión dio alas a un equipo teutón que puso contra las cuerdas a los culés durante una hora larga de juego.

Luis Enrique, como es costumbre en él, aprovecha los arranque de temporada para buscar la vuelta a su equipo y prepararlo para las eventualidades de la temporada. La defensa de tres es una de sus pruebas preferidas, aunque no suele casarse mucho con la idea, y ha sido capaz de corregir su idea inicial a escasos 10 minutos de arrancar un partido si veía que el contrario le pillaba la medida.

Sin embargo, ante los alemanes, un equipo bien armado y con pólvora arriba, la apuesta de Luis Enrique por el 4-4-2 no le funcionó. Aunque a priori el dibujo parecía un 4-3-3, quedó muy claro que la directriz para Neymar era la de bajar su banda para apoyar al medio y Rakitic actuaba prácticamente de interior derecha. Alcácer y Luis Suárez eran el doble nueve, pero la falta de compenetración era más que evidente.

Al final, el Barça logró darle la vuelta al marcador, y ganar con un 1-2 apretado gracias a un Arda Turan que saltó media hora al terreno de juego y puso todo en su sitio --con un golazo incluido para empatar el encuentro. Pero debería servir este encuentro de aviso a navegantes: No todo se vale cuando se trata del Barça.

Es cierto que Luis Enrique tiene en sus manos una gran camada de jugadores, a cada cual más talentoso y todos muy polivalentes, pero el FC Barcelona ha desarrollado unos automatismos en su juego que no permiten muchas florituras a nivel táctico, aunque parezca descabellado dado el alto nivel técnico de sus estrellas.

Por eso, y tras ver lo ocurrido ante el Borussia Monchengldbach, Alavés o Atlético de Madrid, bien haría Luis Enrique con ir a lo seguro, hasta por lo menos ese momento de la temporada en la que el equipo llegue a su velocidad de crucero... o cuando vuelva a tener disponible a Leo Messi, que es un seguro de vidas a prueba de cualquier desliz táctico o ataque entrenador.

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