La encrucijada de Arda Turan

El fchaje relampago de André Gomes por el FC Barcelona ha sido una bomba de tiempo en el vestuario blaugrana con una victima colateral bastante clara: Arda Turan.

El mediapunta turco, ex del Atlético de Madrid, se arriesgó el año pasado a pasar seis meses sin jugar por fichar por el FC Barcelona, pero tras el levantamiento de la sanción de FIFA al club culé nunca pudo asentarse en el equipo.

Ahora, siete meses después de su aterrizaje deportivo, el club ha fichado a Denis Suárez y André Gomes, además de haber renovado a Samper y Sergio Roberto, todos ellos jugadores listos para disputarle un puesto a Arda -- además de los dos interiores titulares, Rakitic e Iniesta, y el brasileño Rafinha, que lleva demasiado tiempo entre algodones.

Por eso el turco se encuentra, quizás, en la mayor encrucijada de su carrera deportiva. Ofertas no le faltan pues su calidad le precede, pero no tiene muy claro si prefiere darse por vencido en su sueño de triunfar en el Barça, o apretar los dientes y seguir luchando.

Lo cierto es que Luis Enrique le ha dicho personalmente que le quiere en el equipo. El asturiano sabe que Arda es un grandísimo jugador que tiene la capacidad de jugar tanto como extremo izquierdo como de interior, y por eso quiere asegurarse de mantenerle en la plantilla. A poco que el turco se active al nivel que demostró enel Atlético de Madrid, puede convertirse en un arma muy valiosa para el Barça.

Sin embargo el club lo ve con otros ojos. En el Camp Nou saben que tras pagar 35 millones de euros por él el verano pasado podrían pedir cerca de 25 millones por su traspaso. Tras fichar a André Gomes por 55 la semana pasada, el club ha sobrepasado por 7 millones de euros el límite impuesto por el departamente económico. Como además, Luciano Vietto se ha marchado cedido al Sevilla en lugar de recalar en la Ciudad Condal, el Barça necesita vender para complacer a Luis Enrique con el fichaje del delantero que viene pidiendo desde enero pasado.

Al final Arda Turan tendrá la última palabra, pero la decisión no es para nada sencilla.

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