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Una escalada de inseguridad que mueve todo en México, incluso, el deporte

Una escalada de inseguridad que mueve todo en México, incluso, el deporte



La frase que se le atribuye al expresidente y dictador Porfirio Díaz, “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, que en realidad pertenece al intelectual regiomontano Nemesio García Naranjo, y que califica muy bien la relación que existe entre México y su vecino del norte, Estados Unidos, le sigue afectando, ahora en los altos niveles de inseguridad que se viven en territorio azteca por el trasiego de la droga, que ha llevado a ramificar a los carteles y dedicarse al secuestro.

El nivel de subdesarrollo del cual la República Mexicana no logra salir ha llevado a que los índices de pobreza, desempleo, migración e inseguridad se incrementen, y durante este sexenio las cosas han ido en aumento, y desgraciadamente, todo parece que continuará, llegué quien llegue al gobierno.

El crecimiento exponencial de delitos como el secuestro y los carteles de la droga que se han multiplicado en México, han llevado a la sociedad a vivir con miedo y, en algunos casos, vivir refugiados en sus casas.

Los altos niveles de inseguridad con los que se vive en México llevan a muchas personas a alejarse de eventos masivos, el deporte, uno de ellos.

Demostrar que se tiene poder adquisitivo para ir a un evento deportivo pudiera ya ser motivo suficiente para que gente de malos hábitos y actitudes se fijen en alguien como su objetivo, y después busquen secuestrarlo por una cantidad estratosférica de dinero, o bien, unos cuantos pesos.

Las bandas de secuestradores, en muchos casos operan de la mano del crimen organizado, que se ha ramificado para seguir financiando sus actividades ilícitas, y al encontrar en Estados Unidos su principal mercado para las drogas que pasan por lo ancho y largo del país, no hay fuerza policial que los pueda detener.

Los deportistas tienen miedo de que se revelen sus contratos, y por ende, la cantidad de dinero que mensual o anualmente perciben, porque si bien son figuras públicas, no tienen garantizado que nada les pasará, y menos con el país en un estado que ‘hierve’.

Todos los involucrados en el mundo del deporte prefieren mantenerse de bajo perfil (aunque es muy complicado) para no llamar la atención. Cabe recordar el secuestro del estratega Rubén Omar Romano en el año 2005, y que afortunadamente fuera rescatado con vida tras 65 días de encierro.

Ahora México ha sido noticia internacional, pero por los motivos erróneos. El secuestro y muerte de la sobrina del presidente de la liga española, Ángel María Villar, María Villar Galaz, quien fuera privada de su libertad el pasado 13 de septiembre en la zona de Santa Fe en Ciudad de México, después de sacar dinero de un cajero automático. El lamentable suceso le ha dado la vuelta al mundo, y sigue colocando al país como un lugar donde las leyes no existen.

Este caso, desgraciadamente es uno más en la larga historia de secuestros en México, y que no se ve cómo los detengan. El mundo del balompié en España y México están de luto por este triste acontecimiento, pero también deberá servir como una fuerte llamada de atención para las autoridades en México para que actúen con severidad ante los malhechores y que los delitos no queden, nunca más, impunes.

 

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