Una americanista historia de amor

Dentro del cine mexicano concebido como kitsch existe una película escrita y dirigida por el llamado 'Rey del videohome', Cristian González, titulada Shibari. Futbolero y atlantista declarado, González recurre a una canción del tiempo de nuestras madres y/o abuelas para dejar perplejo al espectador: 'Perdóname', interpretada por Estrellita. Un momento, ¿Estrellita? ¿Qué tiene que ver con futbol?

Es probable que alguna madre o abuela les haga saber que dicha cantante, además de su voz, se hizo famosa allá por años setenteros del siglo pasado gracias a su romance con el entonces futbolista Hugo Enrique Kiese, jugador paraguayo que cobró notoriedad con los colores del América. También pasó por los extintos Tecos y Atlas, sin embargo su relevancia se debió a su andar americanista.

Kiese formó parte del plantel 'crema' que conquistó títulos nacionales e internacionales entre 1976 y 1978, por ejemplo Copa Interamericana. Aparte de sus logros deportivos, el exjugador de Olimpia llamó la atención por brindarle ojos y corazón a una de las voces femeninas más atractivas de su época como lo fue Estrellita.

Se enamoraron,  se casaron y fueron felices. Contrario a lo que suele ofrecer el anecdotario del vínculo futbol-farándula, la pareja formada por Kiese y Estrellita se consolidó como un amor incorruptible. Sin saberlo, en caso de considerarlo así, fueron artífices de un estigma que hasta la fecha pesa. El exfutbolista Enrique Borja y la cantante Sagrario Baena, el cantautor Álvaro Dávila y la periodista de espectáculos Paty Chapoy, son parejas que han seguido los pasos cimentados por Kiese y Estrellita en la relación futbol-espectáculos en nuestro país. Contados casos, pero lo perdurable entre ambos polos, lo crean o no, existe.

Sin parafernalia de por medio, sin ecos hacia el morbo, Estrellita y Hugo Enrique Kiese dieron muestra de que lo posible puede suceder en el aparente mundo de lo imposible. Y a veces, solamente a veces, sus nombres pueden ser rescatados de un filme denominado "underground" y no de una cancha con balón en marcha, o bien de un micrófono que brinde homenaje a la intérprete de 'Perdóname'. 

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