Momentos inolvidables del clásico joven

Como todo clásico, en este caso denominado "joven", el enfrentamiento entre América y Cruz Azul ha brindado pequeños grandes sucesos cargados de emociones que han contribuido en mantener latente la rivalidad entre ambos equipos. En temporada regular o Liguillas se han registrado pasajes en el estadio Azteca que perduran en la memoria de aficionados a los dos equipos, pasajes que en su momento fueron adrenalina pura y hasta la fecha son inolvidables.

Kalushaaaaa

Era la temporada 1995-96, último torneo largo en nuestra liga. América y Cruz Azul disputaron el juego de vuelta de Cuartos de Final. En la ida se impusieron las Águilas por marcador de 3-0, por lo que la Máquina necesitaba tres goles a cambio de no recibir ninguno si quería avanzar a semifinales.

En el último minuto del partido, con marcador de 2-0 a su favor, Cruz Azul se fue con todo al frente en la búsqueda del tercero, incluso el arquero Norberto Scoponi se sumó al ataque. En un tiro de esquina el balón sale del área y queda a merced de Kalusha, quien se enfiló solito al arco rival. Lo único que debió hacer era mandar el balón a la red, pero lo puso en el poste. Tras su falla, el silbante Arturo Brizio pitó el final.

Lágrimas de impotencia

Topándose en Semifinales del Invierno '97, América y Cruz Azul se disputaron el pase a la final en el estadio Azteca. El duelo fue ganado 2-1 por la Máquina, triunfo con tintes de hazaña debido a que se consiguió con 10 hombres por la temprana expulsión de Mauro Camoranesi, quien se fue a las regaderas por una 'plancha' sobre Cuauhtémoc Blanco.

Haber sido castigado con la tarjeta roja provocó el llanto de Camoranesi, que se resistía a salir del campo. Envuelto en lágrimas, el cruzazulino tuvo que ser consolado por su rival Fabián Estay para que abandonara la cancha.

Moisés, el héroe

La Final disputada en el Clausura 2013 fue épica, cardiaca. En tiempo de compensación, sobre la hora, el portero Moisés Muñoz se añadió a la ofensiva americanista en un tiro de esquina para buscar el desesperado y agónico empate que orillara a la prórroga.

Muñoz se tendió de 'palomita' y remató directo al arco defendido por Jesús Corona; el balón fue ligeramente desviado por la pierna de Alejandro Castro y se incrustó. La anotación le fue concedida a Muñoz con niveles de heroismo debido a que América emparejó el marcador global 2-2 y a la postre sería campeón.

También te puede interesar: