Guillermo Ochoa y los estragos de siete goles recibidos

El momento que atraviesa Guillermo Ochoa como arquero de la selección mexicana pone sobre la mesa la fatalidad de la posición de portero. En Brasil 2014 fue el héroe gracias a sus atajadas, pero dos años después es el villano. Obligado a no fallar, culpable en caso de hacerlo, el guardameta es el elemento de cancha que más interés desprende sobre la mentalidad de un jugador. Algo similar ocurre con ‘Paco Memo’.

 

Guillermo Ochoa, portero de México. (AP Photo/Moises Castillo)
Guillermo Ochoa, portero de México. (AP Photo/Moises Castillo)

 

Así como Ochoa cargó con expresiones de idolatría hacia su figura por la actuación en la Copa del Mundo, ahora carga con una losa de críticas por sus recientes exhibiciones. En la gloria es difícil mantener los pies sobre la tierra para no perder piso, y en el derrumbe lo complicado es levantarse.

 

 

Con su traspaso a Granada, ‘Paco Memo’ fue noticia gracias a cinco goles que recibió, uno de ellos por una mala salida de él, lo que impulsó a interpretar que no está concentrado, o bien a fortalecer las opiniones de que las salidas son su mayor defecto. Posteriormente, frente al seleccionado salvadoreño, le anotaron mediante un penal ejecutado a lo ‘Panenka’, una forma de cobro que el portero mexicano conoce bien, pues basta recordar que en 2013 con Ajaccio atajó uno similar a Younes Belhanda, de Montpellier. En este sentido genera relevancia la idea de que no tiene mente y sentidos puestos en el balón.

 

 

Luego de la humillación ante Chile proliferaron disculpas, perdones, arrepentimientos e invitaciones a olvidar. Se habló de que la goliza quedó atrás, de que era cosa del pasado. ¿Y bien? Los estragos comienzan a verse. ¡Por supuesto que pesa un 7-0! Mayor aún en el guardameta que recibió los siete goles.

 

 

Hay dudas sobre si debe o no continuar como titular del Tri por el mal momento que atraviesa, pero la duda, por no decir inquietud, debe enfocarse en saber cómo se recupera un portero mexicano, seleccionado nacional, luego de un episodio catastrófico como el acontecido en Copa América contra Chile. En Argentina ’78 compartieron humillación Pilar Reyes y Pedro Soto con el 6-0 propinado por Alemania al Tri. Hoy día le toca a Ochoa digerirlo solo, además de afrontar un destino que no fue benévolo con sus antecesores en el arco nacional.

Más que los guantes, la mente de ‘Paco Memo’ es la urgencia para sí mismo y para la Selección.

 

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