Columbus, la maldición mexicana

Primero fueron los penaltis. El cobro del tiro penal fue un suplicio para la selección mexicana, que en cada intento por ganar mediante esa vía, perdía. Fuera en Copa del Mundo o Copa América, los yerros acompañaron al equipo tricolor en este rubro, por lo que se llegó a decir que los mexicanos nacimos malditos para saber tirarlos.

 

Juan Carlos Osorio  REUTERS/Henry Romero
Juan Carlos Osorio REUTERS/Henry Romero

 

Con el tiempo fue desgastándose el sentimiento de maldición hacia los penaltis para transitarlo hacia Columbus, Ohio, ciudad que se ha convertido en un calvario para México desde 2001, fecha en que se instauró la tradición del 2-0 como marcador favorable para Estados Unidos en partidos eliminatorios mundialistas.

 

 

Con climas diversos, desde nevadas hasta días soleados, el Tri jugó en tal entidad contra la selección de las barras y las estrellas para sucumbir en 2001, 2005, 2009 y 2013. Así, un nuevo trauma se implantó en la psique del futbolista mexicano; la cancha de Columbus se erigió como un monstruo que atemoriza y ataca con triunfo asegurado para su causa.

 

 

Dicen que no hay quinto malo, pero la selección mexicana tiene la última palabra. La maldición de Columbus antecede un duelo de vital importancia por su relevancia en sí misma como por las circunstancias actuales que envuelven al trabajo del director técnico Juan Carlos Osorio, quien está en el ojo del huracán por el desempeño de su equipo en últimas exhibiciones.

 

 

Javier 'Chicharito' Hernández ya manifestó que van por  la victoria a Columbus. ¿Será que se rompe la maldición?

 

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