¿Mensaje equivocado de Matías Almeyda tras caer en Tijuana?

Finalizó el partido y Matías Almeyda, director técnico de Chivas, llamó a sus jugadores para reunirlos en la cancha con el propósito de dirigirse todos juntos hacia zona de vestidores. Dos elementos, Edwin Hernández y Orbelín Pineda, hicieron caso omiso a la indicación de su entrenador para intentar irse por su cuenta con una actitud de desplante, sin embargo el arquero Rodolfo Cota intervino al detenerles la marcha para esperar que el timonel fuera al frente del grupo en clara señal de autoridad.

 

Matías Almeyda, DT de Chivas
Matías Almeyda, DT de Chivas

 

Posterior a ello, Almeyda refrendó tal imagen de autoridad en conferencia de prensa al asumirse como responsable de la humillación sufrida ante Tijuana. En lo relativo a mostrarse como líder del Rebaño fue congruente, pero en su discurso para poner pecho a las balas ‘El pelado’ señaló haber perdido contra un equipo con muchos extranjeros. Como si se tratara de un alegato consciente o inconsciente para abonar una justificación a la derrota, Almeyda manda un mensaje equivocado a sus muchachos, integrantes de un club que enaltece la filosofía de contar con puros futbolistas nacionales.

 

 

Sus palabras pueden (mal)interpretarse en dos sentidos: que los extranjeros hacen diferencia y que sus jugadores no están para competirle a los foráneos. Ahora bien, lo dicho podría calar aún más en el ánimo de un plantel que ha empezado a saturar el aspecto mental de conflictos incluso ajenos a la cancha (como las fallas de Chivas TV), lo que se manifiesta con la práctica de un futbol displicente, apagado.

 

 

Si el rival te gana con demasiados o pocos extranjeros es algo que no debe pesar en Chivas, pues ha lidiado contra ello a lo largo de su historia sin pretextos de por medio y ha sido campeón frente a esa aparente adversidad.  Dicen que el buen juez comienza por su propia casa, lo que orilla a cuestionarse si una de las fallas no está en el hecho de haber descuidado lo concerniente en reforzar al equipo, equipo que antaño estaba acostumbrado en contratar a los mejores mexicanos en todas sus líneas.

 

 

Así, lo que tanto le costó enderezar a Almeyda cuando aceptó el reto de dirigir a Chivas, ahora lo tiene que volver a hacer. Otra vez hay presión, otra vez tiene que lidiar con ella, pero con la diferencia de que en esta ocasión él es responsable, tal como lo expresó luego de caer en Tijuana. Antes que resultados, ‘El pelado’ tiene dos urgencias primarias: recuperar respeto hacia su autoridad y levantar el ánimo de un vestuario cobijado por la tristeza y la apatía.

 

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