El mal gesto que terminó de hundir a Brasil

Los jugadores y cuerpo técnico brasileños brillaron por su ausencia en la entrega de medallas a Holanda.
Los jugadores y cuerpo técnico brasileños brillaron por su ausencia en la entrega de medallas a Holanda.

Todos los males se unieron. Brasil cerró su Mundial de la manera menos esperada, humillado una vez más. ¿O acaso perder 3 a 0 ante su propia gente no es terrible?

Claro, lo que pasa es que comparado con el 7 a 1 parece insignificante, pero no deja de ser una derrota apabullante.

Más allá de todos los calificativos que se le puedan aplicar a su participación, las derrotas y la manera decepcionante que cierran la misma se encuadra dentro de lo estrictamente deportivo. En definitiva el fútbol es así. Hoy se gana, mañana se pierde. Siempre hay revancha.

Lo que no tiene marcha atrás en cuanto a la actitud es la “olvidada” caballerosidad deportiva. Si se pierde hay que hacerlo con la cabeza en alto, por más que el rival te haya superado en todos los sentidos.

El sábado Brasil protagonizó el último acto de vergüenza al no asistir a la entrega de medallas a la selección de Holanda.

Tanto jugadores como cuerpo técnico dejaron el césped para marcharse a los vestuarios en un claro ejemplo de intolerancia y falta de respeto.

Un final triste, amargo y con un claro ejemplo de lo que no se debe hacer.

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