Ocho años atrás le fue detectado cáncer; hoy es una estrella de las Grandes Ligas

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Justo cuando tenía 18 años de edad y su carrera estaba en pleno camino ascendente, a Anthony Rizzo le diagnosticaron cáncer.

Seleccionado en la sexta ronda del draft colegial del 2007 por los Medias Rojas de Boston, al año siguiente Rizzo tuvo que someterse seis meses a tratamientos de quimioterapia para curar el llamado “Linfoma de Hodgkin”.

Para el 2009, Rizzo ya estaba considerado por la revista “Baseball America” como uno de los mejores prospectos de los Medias Rojas, pero en diciembre de 2010 fue uno de los tres peloteros que pasaron a los Padres de San Diego en un cambio por el ya entonces estelar mexicano Adrián González.

Rizzo debutó en las Grandes Ligas el 9 de junio de 2011 con los Padres, y para el receso de temporada previo al 2012 ya era parte de los Cachorros de Chicago, pues San Diego lo intercambió por el pitcher Andrew Cashner y el jardinero Kyung-Min Na.

En 2012 tuvo varios destellos de talento luego de iniciar en ligas menores, y en julio fue nombrado “Novato del Mes” tras batear para .330 con siete cuadrangulares y 17 carreras impulsadas con el primer equipo de los Cachorros.

Ya en 2013 obtuvo la titularidad en la primera base de Chicago y terminó la temporada con .233 de bateo con 23 jonrones y 80 producciones.

Fue en 2014 el año de su consolidación en las Grandes Ligas, y se ganó su primer llamado al Juego de Estrellas de las Grandes Ligas tras una primera mitad de temporada en donde bateó .275 con 20 vuelacercas y 49 impulsadas.

En 2015 llegó de nueva cuenta otro llamado al Juego de Estrellas y todo parece indicar que en 2016 Rizzo volverá a estar como el primera base titular de la Liga Nacional pues encabeza la votación para el clásico de media temporada.