Leones dorados: Un campeón silencioso, que trabajó entre las sombras

 

En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, fueron 12 las selecciones que integraron el cuadro masculino de hockey sobre césped. Argentina terminó en la décima colocación, tras una pálida actuación en el Grupo A, en el que soportó derrotas ante Gran Bretaña, Pakistán y España. Apenas un empate milagroso ante Australia y una goleada ante el débil conjunto sudafricano le dieron la posibilidad de pelear por el noveno lugar... pero perdió ante Nueva Zelanda. El equipo dirigido en aquel entonces por Pablo Lombi no tuvo quien los recibiera en el aeropuerto de Ezeiza, porque nadie -menos en Argentina- rinde culto a quien termina casi último en un torneo.

De a poco, entre remises y vehículos de familiares, se fueron repartiendo de regreso a casa. No había lágrimas ni precisaban demasiado consuelo, sólo querían descansar un poco. "Los Leones" se llaman así por carácter transitivo; por una cuestión de género, habían recibido prácticamente el mismo apodo que el equipo femenino argentino, Las Leonas, quienes arrasaron con casi todo y ganaron casi todo -menos la medalla dorada- desde los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Sin embargo, ese oro se les negó a las chicas una y otra vez, inclusive en Londres 2012, cuando Carlos Retegui, hoy entrenador de los caballeros, estaba en el comando. Fue derrota ante Holanda (0-2 en la final) y medalla de plata.

Los Leones siempre trabajaron entre las sombras que proyectaba el magnético y demoledor equipo comandado por la genial Luciana Aymar. Ese casi total "anonimato" les permitió a quienes hoy son campeones olímpicos aceitar un engranaje con paciencia, sin sobresaltos ni exigencias. Al fin y al cabo, siempre esperarían más de las chicas. En la rama masculina apenas se habían logrado diplomas en Londres 1948, Seúl 1988 y Sidney 2000. 

La medalla dorada que comenzó a ganarse 15 años atrás

Lo que hoy es oro olímpico, tal vez una de las mayores gestas en la historia del deporte argentino, comenzó a hilvanarse hace casi 15 años, cuando Juan Gilardi, Matías Paredes y Lucas Rey fueron subcampeones mundiales Sub 21 en Hobart, Australia. Continuó cuatro años más tarde, con Manuel Brunet, Facundo Callioni, Pedro Ibarra, Juan Martín López, Matías Rey, Lucas Rossi, Juan Saladino y Lucas Vila consagrándose campeones mundiales de la misma categoría en Rotterdam, Holanda. De a poco, esos jóvenes que ya le habían tomado el gusto al éxito, se fueron acoplando a otros, más veteranos y con "heridas de guerra", como el arquero Juan Manuel Vivaldi, por ejemplo.

Si bien nos apresuramos a destacar a la selección de Retegui como una "sorpresa", debido a que las medallas se esperaban por el lado de las Leonas, la Generación Dorada del básquetbol o el prometedor equipo de voley de Facu Conte y Julio Velasco, Los Leones fueron dando algunos pequeños golpes, ciertos avisos. Casi como trazando un "acá estamos" en una pancarta, fueron terceros en el Champions Trophy de Rotterdam, en 2008 y, en 2014, alcanzaron un tercer puesto en el Mundial de La Haya.

Este éxito de Argentina no es el resultado de una poción mágica, sino todo lo contrario. Se cocinó a fuego lento, entendiendo cómo se juega el rol en la captación de valores, dejando madurar a algunos juveniles, cimentando el trabajo de un cuerpo técnico y, sobre todo, respetando un ciclo olímpico de vaivenes en cuanto a resultados, pero firme en crecimiento. No debemos olvidarnos que en aquel equipo que fue décimo entre doce en Londres, también estaban Vivaldi, Brunet, Ibarra, Peillat, López, Rossi, Vila, Rey y Callioni, entre otros. Nada cambió, no hubo movimientos radicales ni golpes de timón apresurados como sí ocurrió con las mujeres. Sí, todo eso dentro de una misma entidad, la Confederación Argentina de Hockey (CAH).

RIO DE JANEIRO, BRAZIL - AUGUST 18:  Ignacio Ortiz (L) and Manuel Brunet of Argentina celebrate their 4-2 victory to win the gold medal during the Men's Gold Medal match between Argentina and Belgium on Day 13 of the Rio 2016 Olympic Games held at the Olympic Hockey Centre on August 18, 2016 in Rio de Janeiro, Brazil.  (Photo by David Rogers/Getty Images)

Tal vez este éxito le sirva no sólo a la CAH, sino a todo el deporte argentino para comprender cómo se debe trabajar y a los entusiastas de siempre a entender que no siempre un décimo puesto es un fracaso si se trabaja a consciencia, con profesionales y un objetivo a la vista.

 

Podría no haber sido oro este de Río 2016, está claro, pero nadie habría sembrado la duda sobre el enorme crecimiento de esta selección, porque no hay con qué darle a un grupo que parece maduro y feliz, que trabajó durante meses entre 30 y 35 horas semanales -unas seis por día, en promedio. “Muchas veces llegábamos muertos, dejando de lado a la familia, novias e hijos. Pero éste es el sueño de nuestras vidas. Muchos jugamos juntos hace más de diez años. Llegamos con trabajo, esfuerzo, compañerismo, aprendiendo de las derrotas, no bajando los brazos y creyendo en nosotros. Siempre vale la pena luchar por lo que uno sueña”, dijo emocionado Callioni, coincidiendo con el discurso de sus compañeros y amigos. “Tenemos una mezcla de jugadores grandes, medianos, chicos, el mejor arquero del mundo, el mejor tirador de córners cortos del mundo. No es sorpresa esto porque jugamos a un nivel increíble”, agregó Rossi.

La obsesión de El Chapa

Un lugar destacado -capítulos o un libro entero- dentro de la historia del hockey, y del deporte argentino en general, será dedicado a Carlos Retegui, el mentor de este equipo, que tomó la batuta de Lombi después de dejar a Las Leonas en el segundo escalón del podio en Londres. “Las mujeres bancaron a todos los muchachos para concentrarse en el torneo y no relajarse ni un suspiro. Por eso decidimos entre todos no ir a la ceremonia inaugural”, contó el Chapa después del triunfo en semifinales ante Alemania.

Argentina's coach Carlos Retegui gestures when talking to his players during the Field Hockey World Cup match women for third and fourth place between the U.S. and Argentina, in The Hague, Netherlands, Saturday, June 14, 2014. (AP Photo/Peter Dejong)
Argentina's coach Carlos Retegui gestures when talking to his players during the Field Hockey World Cup match women for third and fourth place between the U.S. and Argentina, in The Hague, Netherlands, Saturday, June 14, 2014. (AP Photo/Peter Dejong)

A él también lo bancan, y bastante, ya que es un obsesivo del trabajo, que no se toma descansos ni cuando está de vacaciones, según cuentan quienes lo conocen. "Para toda la vida gracias. Gracias de corazón. Me hicieron sentir la felicidad interior. Pero hay que seguir, ehhh", escribió en su cuenta de Twitter el entrenador, antes de la final ante Bélgica, colgando además una foto del equipo. Y ese "hay que seguir" con el Chapa no es cuento. Ahora los Leones celebrarán, regresarán a la Argentina y serán homenajeados por todos, inclusive por quienes no sabían que también existe una rama masculina en el hockey sobre césped. Pero luego, luego tendrán que ir por más. Y otra vez llegarán las cargas de 35 horas semanales, y otra vez las familias deberán despedirse de sus valientes leones, que ahora son dorados.

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