¿Rams radioactivos a LA?

No es un error ni una casualidad que estas palabras se agolpen dentro de una misma oración. Rams. Radioactivos. Los Ángeles. No, no lo es y esto requiere también de una explicación.

Hace unos días salió a la luz un tema del que se habla entre dientes en el área metropolitana de San Luis, en el estado de Missouri en los Estados Unidos. En 2010 tuvo lugar un incendio subterráneo en un tiradero de desperdicios, que siempre se considera algo normal en un sitio de estos. Las causas no se dieron a conocer, pero a partir de ese momento surgió un olor bastante desagradable en la zona, en el área de Bridgeton. El gobierno local se ha gastado una fortuna en tubos de hormigón para dirigir el fétido aroma a zonas no habitadas y que por ahí escape.

Un juicio al respecto está en puerta y es por una demanda a la oficina de servicios públicos de la ciudad por el insoportable olor a raíz de este tema.

A unos 300 metros de donde se produjo el incendio hay otro tiradero, el de West Lake, pero este almacena residuos radioactivos con procesamiento de uranio, cortesía de la empresa Mallinckrodt Chemical, el tipo de contaminantes que han hecho que la salud de la gente entorno a la extinta planta de Chernobyl sea tan frágil, con caída de pelo, malformaciones y otras desgracias.

La cadena KMOX hizo público todo esto e indicó que el gobierno local le ha restado importancia al informe, pero que el personal de servicios públicos, desde hace un año, tiene listo un plan de contingencia en caso de que ocurriera un evento catastrófico, al que ellos llaman “The Big One”.




Luego de todo este rollo, muchos de ustedes se estarán preguntando -y con toda justicia- ¿qué demonios tiene esto que ver con football americano, con los St. Louis Rams?

Resulta ser que entre ambos vertederos están las instalaciones de los Rams. Inclusive una de las bromas locales, dentro del equipo, es que cuando el equipo quiere hacer una contratación consulta antes el pronóstico del tiempo, para cerciorarse que los vientos se llevarán los aromas desagradables y esto no haga que se caiga la operación.

Toda vez que se hizo público el asunto, los peligros y las posibilidades, el gobierno local ha insistido en restarle importancia al asunto, aduciendo que es su obligación estar preparados, pase lo que pase, ante cualquier eventualidad y desmienten que exista peligro de que ocurra el famoso The Big One.

Hace unas semanas, previo al partido entre St. Louis y los Pittsburgh Steelers en el vetusto Edward Jones Dome, la casa de los Rams, el incendio de la superficie artificial demoró cerca de 20 minutos el inicio del juego. Quizás esto no tenga algo qué ver con el asunto de la radioactividad, pero se suma como una de las razones por las que cada vez están más cerca de retornar a la ciudad de Los Ángeles, que cuenta con amplio presupuesto y una avidez gigantesca de volver a tener un equipo de la NFL.