Karim Benzema siembra una sospecha muy poco razonable entre el madridismo

El Mundial está ya a la vuelta de la esquina, en una fecha atípica que ha marcado el calendario de la temporada 22-23 y sin duda está influyendo en el día a día de los clubes. Traducido esto a clave madridista, Karim Benzema no estará presente ante el Rayo Vallecano en el penúltimo partido de los blancos antes del Mundial. En Liga no juega desde el pasado 19 de octubre y desde entonces solo ha disputado 27 minutos ante el Celtic en el Bernabéu en la Champions.

Los partes médicos no describen con claridad que le sucede y hay cierta parte del madridismo que recela y sospecha de la situación. Pero la realidad es que Benzema cumplirá 35 años el próximo 19 diciembre y es indudable que no podemos obviar este dato antes de juzgar.

El francés disputó la pasada temporada más de 50 partidos entre el conjunto blanco y su selección con una regularidad asombrosa. Apenas tuvo problemas físicos durante el curso y eso no es lo normal en un jugador de su edad. El Real Madrid se malacostumbró hasta el punto de que no buscó ningún jugador en el mercado para poder darle algunos descansos o para sustituirle en caso de necesidad. Primero se apostó por Hazard y luego el fútbol y los rendimientos han puesto por delante a Rodrygo.

Esta la temporada, la situación es distinta. Pero para ser justos, hay que decir que antes que el Mundial estuviera tan cerca, Benzema ya comenzó a tener problemas. No le han abandonado desde el arranque del curso, así que resulta preciso hacer una valoración más amplia a la hora de evaluar su situación. Es humano recelar, pero creo que no es justo decir que se esté borrando. No es un futbolista dudoso y cuidarle y reservarle ahora no solo es necesario mirando solo a Francia y su participación en el Mundial, que obviamente es una tremenda ilusión para él, si no de cara a su futuro en lo que restará de temporada a la vuelta de la cita mundialista.

Es indudable que a los futbolistas les hace una ilusión especial estar en el Mundial. Y eso no ha cambiado con la fecha, atípica y poco recomendable, ni con la elección de Qatar como sede pese a que tenemos pruebas evidentes de que jamás se debería disputar allí. Hay excepciones como puede ser Toni Kroos, como quedó patente en la entrevista que le hizo Jorge Valdano para Movistar Plus hace unos días, pero la gran mayoría prioriza el Mundial y hay un punto de vista que yo entiendo. En el caso de Benzema es su última oportunidad: por razones extra-deportivas su relación con la selección ha sido muy complicada, se perdió el Mundial de Rusia 2018 por decisión de Didier Deschamps, y Qatar 2022 es su última ocasión de hacer algo grande con Francia.

Está claro que la relación entre clubes y selecciones hoy día es más difícil que nunca, el calendario está sobre cargado por culpa de todos los organismos que rigen el fútbol, FIFA, UEFA y las Federaciones Nacionales. Sin excepción. Ahí no tienen mucho que reprocharse unas a otras. Pero lo que no cambia es la voluntad del jugador y los futbolistas en su gran mayoría quieren estar por encima de todas las cosas en la cita mundialista.

Es difícil no caer en la tentación de pensar que Benzema se está borrando, pero la situación es mucho más compleja. Seguro que no se quiere perder el Mundial y jugar multiplica los riesgos, pero en el caso de Benzema, y como dejó caer Carlo Ancelotti en su última rueda de prensa, proteger a Karim no es solo por el Mundial, si no por lo que resta de curso después del mismo. Y esa es una reflexión que imagino que tiene en cuenta el Real Madrid, porque los problemas físicos de Benzema vienen de mucho antes. No son de ahora con la inmediatez mundialista a la vuelta de la esquina.

En la última jornada liguera hemos visto a jugadores que han forzado la quinta amarilla y no disputarán la última jornada antes del Mundial, otros se han operado hace tiempo con la intención de llegar a la cita como el uruguayo Araujo en el Barcelona, en el Sevilla hay dudas más que razonables sobre el nivel que están mostrando sus jugadores argentinos...

Y hay muchos futbolistas que pese a su inmenso deseo de viajar a Qatar no podrán hacerlo; es el caso de Timo Werner, Paul Pogba, N'Golo Kanté o Ben Chilwell. Otros como Alphonso Davies o Romelu Lukaku llegarán entre algodones.

Pero el caso que nos ocupa, el de Benzema, es diferente puesto que se juntan varios factores. Él siente molestias y ha demostrado su capacidad para rendir de forma regular y sacrificarse cuando su equipo lo ha requerido. El Madrid mira por él y también por su futuro tras el Mundial porque no tiene relevo específico en la plantilla y a porque a partir de febrero será mucho más decisiva aún su participación en el Real Madrid.