Menos dinero a campeones; ausencias; vuelta de espectadores, sin jueces línea

Flushing Meadows (EEUU), 29 ago (EFE).- Nadie sabe lo que deparará la edición 2021 del Abierto de Estados Unidos cuando llegue a su conclusión tras 14 días de competición, pero lo que si saben ya los futuros campeones es que ganaran 500.000 dólares menos que en años anteriores.

Esa será una de las principales novedades con las que los tenistas se van a encontrar en el último torneo de Grand Slam del año que da comienzo mañana, lunes.

Aunque el premio global dedicado al torneo será mayor, la USTA ha establecido una compensación global de 57,5 millones de dólares, frente a los 57,2 del año pasado, los campeones individuales masculinos y femeninos recibirán 2,5 millones de dólares comparado a los tres del año anterior.

Con una caída de 1,35 millones de dólares comparado al valor del premio que recibieron los campeones en el 2019, el año anterior a la pandemia del coronavirus, un 35 por ciento inferior.

No se permitieron espectadores en el US Open del año pasado debido al covid-19, un movimiento de seguridad que dejó a la USTA con un déficit presupuestario de 180 millones en 2020.

Si la perdida del valor de los premios es la novedad más importante para los jugadores, las ausencias de las grandes figuras como el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal, con 20 títulos de Grand Slam cada uno, dejan a la competición masculina, sin los dos grandes referentes del tenis mundial junto con el serbio Novak Djokovic, que se presenta de nuevo como el favorito al título.

Tampoco estará el actual campeón defensor, el austríaco Dominic Thiem, de 27 años, baja por una lesión en la muñeca, que le obligó a retirarse en Wimbledon y no juega desde el Mallorca Open de junio, donde sufrió la lesión.

Dominic, que el año pasado venció al alemán Alexander Zverev, dijo que fue una "decisión difícil" y está "decepcionado" por no poder defender su título en Nueva York.

Lo mismo sucede en la competición femenina, donde tampoco estarán las hermanas Venus y Serena Williams, ganadora de 23 títulos de Grand Slam.

Por primera vez en 24 años un torneo de Grand Slam no tendrá a Federer, Nadal y las hermanas Williams. La última vez que sucedió fue en el Abierto de Australia de 1997

La otra novedad importante es que el torneo de este año está programado para recibir a los espectadores a plena capacidad en cada estadio, y la USTA ha seguido las pautas establecidas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., La oficina del alcalde y el Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York.

Se recomendó a los poseedores de boletos mayores de 12 años que trajeran una tarjeta de vacunación de los CDC u otro registro oficial de vacunación o una foto o fotocopia de la tarjeta.

Sin embargo, los jugadores no necesitan estar vacunados; aproximadamente la mitad lo están, según los tours ATP y WTA.

El Abierto de Estados Unidos es el primer torneo de tenis que permite a los fanáticos a plena capacidad durante las dos semanas completas desde el Abierto de Australia en enero-febrero de 2020.

"Tener fans de regreso es un placer total. Es un placer. ... Especialmente los neoyorquinos. Quiero decir, ¿qué mejores fans para nuestro primer 100% que la multitud local de Nueva York?", declaró el estadounidense Reilly Opelka, cabeza de serie número 22. "Eso es lo que hace que el U.S. Open sea el U.S. Open".

Opelka recordó que todos los deportes profesionales en Nueva York son algo emblemático y el Abierto de Tenis está a la cabeza como algo único y especial.

"Eso es lo que hace que los deportes en Nueva York sean tan emblemáticos. Es por eso que los Yanquis son un equipo legendario, los Knicks también. Son los seguidores, la base de aficionados, la cultura de Nueva York, los neoyorquinos", destacó Opelka.

El hacer historia también forma parte de la novedad en el Abierto cuando Djokovic, número uno del mundo, tenga la oportunidad de convertirse en el primer tenista desde el australiano Rod Laver, en 1969, en ganar los cuatro títulos individuales de Grand Slam en una temporada y puede romper el récord masculino de 20 Grand Slam, que comparte con Federer y Nadal, si se proclama campeón en Flushing Meadows el próximo 12 de septiembre.

Mientras que por primera vez la salud mental de los tenistas tendrá un seguimiento especial en el Abierto después que la actual campeona defensora, la japonesa Naomi Osaka, habló de su propia ansiedad y depresión para llamar la atención sobre el asunto.

Más jugadora y jugadores lo están discutiendo abiertamente y la USTA está haciendo algunos cambios.

Los participantes en el Abierto tienen acceso a proveedores de salud mental con licencia y salas tranquilas como parte de una iniciativa "para hacer que los servicios de salud mental estén tan fácilmente disponibles para los atletas como los servicios para un esguince de tobillo", destacó el doctor Brian Hainline, primer vicepresidente de la USTA.

La USTA también dijo que buscará alternativas para los atletas que mencionen la salud mental como una razón para no querer asistir a conferencias de prensa.

Mientras que otra gran novedad en las pistas de Flushing Meadows será que este año no habrá jueces de línea en el U.S.Open, solo jueces de silla, con llamadas de línea electrónicas Hawk-Eye Live en todas las canchas.

El año pasado, solo las dos pistas principales tenían jueces de línea, el estadio Arthur Ashe y el estadio Louis Armstrong.

Durante un partido en el Arthur Ashe contra el español Pablo Carreño Busta, Djokovic fue descalificado por golpear con una pelota, involuntariamente, a una juez de línea en la garganta después de que terminó un juego y mostró su frustración.

La acción le costó a Djokovic perder la posibilidad de seguir en la lucha por el título y a la mujer el tener que recibir asistencia médica.

(c) Agencia EFE