El Barcelona se resigna a la nueva normalidad de su inferioridad en Europa

El jugador del FC Barcelona Gerard Piqué y sus compañeros de equipo se muestran abatidos tras el partido contra el Bayern Munich en el Camp Nou

Por Richard Martin

BARCELONA, 15 sep (Reuters) - Lo más llamativo de la floja derrota del Barcelona ante el Bayern de Múnich (3-0) fue lo inevitable que resultó, y la facilidad con la que los jugadores y el entrenador Ronald Koeman aceptaron su drástica caída desde la categoría de gigantes europeos a la de pesos ligeros.

Hace menos de un año, los catalanes llevaban 38 partidos invictos en casa en la Liga de Campeones, pero ahora han perdido sus tres últimos partidos europeos en el Camp Nou, con una derrota por 3-0 ante la Juventus y por 4-1 ante el París Saint Germain antes de la debacle del martes.

Puede que el marcador no haya sido tan salvaje como la derrota por 8-2 sufrida ante el Bayern en los cuartos de final de 2019-20, pero la actuación fue aún más desesperada, ya que el equipo de Koeman terminó el partido sin un solo disparo a puerta.

Aunque algunos aficionados abuchearon la actuación, la sensación predominante fue de apatía, y los seguidores aplaudieron la rara ocasión en la que su equipo logró mantener la posesión por un momento.

La reacción de los jugadores también fue reveladora.

El veterano defensa Gerard Piqué había respondido a la paliza del 8-2 declarando que el club tenía que transformarse de arriba a abajo, pero el martes parecía haber aceptado la nueva normalidad, declarando: "Es lo que hay, ahora somos lo que somos".

El entrenador Koeman estuvo de acuerdo con Piqué, diciendo que no tuvo más remedio que alinear una formación defensiva 3-5-2 debido a los profundos problemas de lesiones del equipo, lo que significó que el lateral izquierdo Jordi Alba jugara a pesar de estar enfermo la noche anterior y que solo dos delanteros estuvieran disponibles.

El Barça terminó el partido con cuatro jóvenes en el campo y la promesa de la juventud fue el único brote verde de una noche sombría. Koeman insistió en que el equipo será mejor en los próximos años cuando gente como Gavi y Alex Balde tengan más experiencia.

El técnico también afirmó que la suerte del equipo mejorará cuando se reduzcan sus problemas de lesiones, pero que no hay muchas garantías de que se solucione rápidamente: Ousmane Dembélé ha tenido una carrera plagada de problemas de lesiones, mientras que Ansu Fati regresará tras dos operaciones de rodilla después de perderse el curso pasado.

El nuevo fichaje, Sergio Agüero, también se ha visto acosado por las lesiones últimamente y, a sus 33 años, no es el tipo de jugador que pueda solucionar las diferencias físicas que quedaron patentes cuando el Bayern superó repetidamente a los jugadores del Barça en velocidad y potencia.

Los catalanes tienen la suerte de compartir el Grupo E con equipos más débiles como el Dinamo de Kiev y el Benfica, por lo que deberían pasar a octavos de final como subcampeones.

Sin embargo, un eventual pase a la fase de eliminatorias quizá solo sirva para retrasar otra noche humillante cuando se enfrenten a un equipo de primera fila.

Piqué admitió que su equipo ya no estaba entre los favoritos para ganar una competición en la que ha ganado tres veces en la última década, y la reacción de los medios de comunicación españoles coincidieron con su sincera valoración.

"Pobre Barça", decía la portada del diario español Marca, mientras que el diario catalán Sport mostraba a los jugadores del Barça mirando con tristeza al Camp Nou bajo el titular: "La triste realidad".

(Reporte de Richard Martin; Edición de Christian Radnedge; traducido por Tomás Cobos)